28 Mar, 2024
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Lali Moratorio y su pasión por el deporte

Charlamos con Lali Moratorio, quien ya de grande hizo un cambio radical en su estilo de vida: dejó de fumar y empezó a correr en asfalto. Seducida en Cabo Polonio por el trail running, se transformó rápidamente, a través de excelentes resultados a nivel local e internacional, en una firme representante de esta disciplina que crece y crece en Uruguay. Cocinera y entrenadora, con una energía que contagia las ganas de hacer deporte y sentirse bien, Lali nos presenta la carrera Indias Trail Running, su primer evento exclusivo para mujeres, que será el 11 de noviembre en El Pinar. “Esta carrera es ideal para empezar a moverse, sobre arena que no lastima, la distancia de 6 km. Es amigable con todo aquel que le gustaría debutar en una carrera de trail. Van a ser mucho más felices que al quedarse en su casa, hay otra vida posible y correr es para todos”, adelanta.

Indias Trail Running son tres eventos en uno:
-Carrera gratuita para niños, antes de la carrera de las grandes.
-Carrera de las mujeres.
-Test Drive de SUP (Stand Up Paddle)
Inscripciones: www.lalimoratorio.com
Costo: $650
Incluye: Kit exclusivo de competencia

¿Cómo se dio lo de correr?

Empecé de vieja, en el 2011. Yo fumaba y mis hijos tenían 6 años, y me dijeron listo con el cigarro. Cuando dejé de fumar, empecé a engordar. Entonces mi hijo Leandro me dijo: “Bien, paraste de fumar, ahora ¿podés parar de engordar?”(risas). Ahí me fui a un club y empecé a moverme. Me encontré con Coco, un profe que me incentivó para que corriera. Al principio no me gustaba, pensaba “¿qué hacen corriendo?, sin ninguna pelota. Pero descubrí que había condiciones y se fue dando.

Contame acerca del cambio que atravesaste, de la calle o el asfalto al trail running…

Corría carreras de calle, empecé corriendo 5k, 10k, como la mayoría de la gente y me empezó a pasar que me generaba un poco de stress esto de que me preguntaran ¿cómo te fue?, esperando resultados. Yo estaba en un momento de mi vida que estaba buscando otra cosa, no conocía el Cabo Polonio. Hacía tres años que quería ir y se estaba por hacer una carrera que me tentaba de trail, entre arena, dunas y monte. Sentía que tenía que ir. Entonces me fui sola al Cabo en busca de la aventura.

¿De qué año estamos hablando?

Esto fue en 2015, hace poquito. Para mi fue muy importante ir. La carrera la organizaban Ruben Manduré y Federica Frontini que ya los conocía porque son grandes referentes, y ahora puedo decir que soy una de sus colaboradoras más firmes. La corrí y me fue divino, fue el comienzo de todo.

¿Cómo estabas de entrenamiento?

Estaba muy entrenada, corriendo bien en la calle. No fui nunca una atleta super veloz, pero estaba dentro de los tiempos de élite de la confederación y tenía buenos resultados. Ese año, después que murió mi mamá, me pasé entrenando. Trabajaba, criaba a mis hijos y entrenaba como una enferma. Me servía para desenchufarme.

¿Cuánto tiempo le dedicás?

Hoy en día, al preparar una carrera, llego a dedicarle 30 horas semanales al entrenamiento, entre mis hijos y mi trabajo. Soy cocinera de toda la vida y hace 4 años soy entrenadora. Tengo una marca de hamburguesas vegetarianas y otros productos: se llama Lali Power Food. Sino en promedio le dedico 14 horas a la semana, a veces aprovecho el fin de semana.

Cómo se te dieron las cosas en esa carrera en el Cabo…

Largué muy conservadora porque no sabía de qué se trataba, pero tenía en mi ADN el recuerdo de correr en la arena, porque me crié en Pinamar y andaba mucho por los médanos. Me sentí muy cómoda. Habían 60 personas, empecé a meterle y cuando llegamos al pueblo iba con el primer varón, él y yo. Me dijo que iba a apurar el paso y yo seguí haciendo lo mío, por las dunas me sentí muy feliz. Lo de mi mamá estaba muy reciente y al bordear el arroyo y entrar al bosque con el olor a pino me recordó a mi infancia y sentí a mi vieja al lado. Ese momento tan sublime me llevó a correr solo este tipo de carreras.

¿Y eso le llamó la atención a la gente?

Sí, porque rematé la carrera muy bien, entera. Ruben me vio, le llamé la atención y al terminar me invitó a ir con él a correr a Argentina. A partir de ahí no paré.

¿Qué sentís cuando representás a Uruguay en eventos internacionales?

Primero, está buenísimo cuando pasás por los puestos de abastecimiento y la gente te alienta: “Hay viene la uruguaya”. Al principio no me conocían, pero después ya saben. Es como acá pero más grande, la gente que labura en el medio del trail allá en Argentina. La geografía de Argentina es impresionante y la gente es un sol.

¿Encontraste límites para la distancia?

Vas aumentando la distancia y te vas sorprendiendo de adónde te lleva tu cuerpo. Siempre amparada en un buen entrenamiento y alimentación.

¿Cómo fue la experiencia en la carrera que ganaste en Fiambalá en cuatro tramos, con un total de 170 km?

Queda en Catamarca, al norte de Argentina, contra la Cordillera de los Andes y es una geografía de desierto. El organizador se llama Federico Lausi, que tiene por característica organizar las carreras en lugares recónditos a donde nadie corre. Las bases donde nos quedábamos a dormir eran todas escuelas. En la primera que nos quedamos a dormir era en Las Papas, casi a tres mil metros de altura, son 16 alumnos, el poblado son 8 casas, el director camina siete kilómetros para llegar a dar clase ahí. Imaginate lo que es estar ahí, en un lugar donde de pronto viene una ráfaga de viento sonda (unas ráfagas muy fuertes de hasta 180 km/h), que para nosotros es la muerte, pero los niños están acostumbrados.

¿Qué llevan en la mochila?

En la mochila te obligan a llevar algo de ropa, por si hace frío, manta térmica, a veces casco, botiquín de primeros auxilios, comida, bebida.

¿Cómo está el trail running en Uruguay?

Si bien no son multitudinarias, el crecimiento es muy llamativo. Hay mucha gente encontrándole el sabor que tienen: vas corriendo, pisás un charco, te mojás, volvés a sentir que tenés ocho años. Y eso es sumamente estimulante, el contacto con la naturaleza nos hace sentir vivos, lejos de la oficina. Es mucho más gratificante que correr por el asfalto. Ahora lo que hay es como una superpoblación de carreras de trail, hay muchas. Creo que van a quedar solo las mejores, el público va a ir eligiendo las carreras que se puedan sostener. Hay muchas mujeres corriendo.

¿Qué lugares te han sorprendido de nuestro país?

En Uruguay las geografías son muy lindas, praderas, el Arboretum Lussich, Minas es increíble, el Salto del Penitente es un lugar hermoso. En Colonia hay re lindos lugares, el Valle del Lunarejo en Rivera. Todo lo que es Maldonado es muy lindo, corremos mucho en Solanas. La última carrera que corrí se hacía en tres partes: un ascenso al Pan de Azúcar, Solanas y el Lussich, estuvo buenísima.

Cuando corrés, ¿estás siempre a full con los tiempos, o te das un tiempo para mirar la naturaleza?

Siempre trato de regalarme un momento para mirar y contemplar. En la primera carrera que corrí en Argentina, iba concentrada en mi frecuencia de paso, en mi técnica, y a los 5 km, Ruben Maduré (mi entrenador actual) me miró y me dijo: “Lali, mirá para arriba”. Y claro estaban las montañas de arena, una cosa inmensa, espectacular.

Se viene el Indias Trail Running, carrera solo para mujeres con fecha el 11 de noviembre, contale a la gente acerca de este proyecto…

Hay mucha expectativa, estoy re contra contenta, realmente siento que estoy en un momento de mi vida en que todo está floreciendo y esta carrera me saca el sueño en una buena. Me despierto pensando en la carrera y me duermo pensando en la carrera. Empezó con la idea de un amigo, yo estaba trabajando en carreas de otros, me encanta porque es mi forma de devolver algo de lo que el deporte me ha dado. “La carrera tiene que ser solo de mujeres”, me dijo.

Y seguiste adelante…

Justo se dio que estaba yendo a entrenar para carreras de montaña al Cerro de Montevideo, para practicar la subida y bajada, ya que no tenemos montañas es lo más parecido. Cada tanto metía una foto en las redes sociales y me llovían mensajes privados: “¿Cómo vas a ir al Cerro sola, estás loca? Yo sentía que había mucho prejuicio, porque estaba yendo hacía dos años y nunca había tenido ni un problema. Si me pasó que un tipo me persiguiera corriendo en Kibon. Siendo mujer te pasa mucho.

Terrible…¿y cómo siguió la cosa?

Como tengo una rebelde guardada dentro de mí, no voy a dejar de ir al Cerro, voy a invitar a más e ir en barra, empecé y de repente eramos 20 mujeres trepando el Cerro y se dieron cosas hermosas, compartimos muchas cosas en esos grupos y me di cuenta que había una necesidad de las mujeres de moverse y de sentirse unidas y bien. Elegí el lugar porque es muy lindo, es donde me crié, juego mucho con las emociones y por eso el lugar. Todas nos ayudamos entre nosotras, venimos entrenando en un grupo de más de 30 y hay un gran compañerismo. Esta carrera va a ser tremenda.

Algunos logros de Lali:
» Atleta de elite de la Confederación Atlética del Uruguay 2014 y 2015
» 1er puesto Ultra Trail Cabo Polonio 2015 (21 km) – Uruguay
» 1er puesto Fiambalá Desert Trail 2015 (35 km)- Argentina
» 1er puesto Yaboty Ultra Marathon 2015 (70 km) – Argentina
» 1er puesto Villa Serrana Ultra Trail (84 km) – Uruguay
» 1er puesto Ultra Trail Cabo Polonio 2016 (80 km) -Uruguay
» 1er puesto Champa Ultra Race 2016 (70 km) – Argentina
» 1er puesto Yaboty Ultra Marathon (42 km) – Argentina
» 1er puesto Trail del Viento 2016 (60 km) – Argentina
» Finisher en Trans Peneda Geres, Mundial de Trail 2016 (85 km) – Portugal
» 3er puesto Tandil Vertical 2017 (km vertical) – Argentina
» 1er puesto Fiambalá Desert Trail 2017 (170 km) – Argentina

¿Te gusta incentivar a la gente para que empiece a correr?

Me gusta estimular sin ser evangelista, tratar de contagiar que el deporte es una fuente de felicidad. Entonces si puedo decirle a alguien que si intenta moverse capaz va a tener una vida más linda y plena. Estoy muy en contra de ese pensamiento de que correr es para algunos cracks o elegidos. No. Correr es para todos.

¿Qué claves encontraste para disfrutar del running?

Estar relajado y entrenado. Ves a la gente corriendo en la rambla y están corriendo fuera de ritmo, sin estar entrenado, no tenés que salir a correr para adelgazar, tenés que ponerte en forma para salir a correr. Es una actividad que te tiene que hacer disfrutar y conectarte con la naturaleza y tus mejores pensamientos, pero para lograrlo tiene que ser relajado.

¿Cómo te alimentás, cuál es tu visión acerca de las comidas?

En el día a día hay que encontrarle el disfrute a cocinar, seleccionar y pensar lo que querés comer, hacerlo con tus hijos, con tu marido, disfrutarlo. No caer en los alimentos procesados del super o comer afuera todo el tiempo. Saber lo que estás comiendo, de dónde viene. En mi caso voy a un nutricionista (Sebastián Irazábal), soy muy buena para elegir alimentos, hay cosas que se que no voy a comer. Tengo un problema con las cantidades, porque me gusta mucho comer, entonces el tipo me ordena para poder rendir al máximo.

¿Y para los que empiezan a moverse?

Si vos querés pasar del sedentarismo a moverte tiene que venir acompañado de un cuidado en las comidas, necesitás estar liviano para poder moverte, hacerle honor a la bendición de estar vivos y tener un cuerpo sano. En la carrera va a ver un taller de nutrición que si le pusiera un nombre sería “Quiero empezar a moverme y alimentarme bien, pero en el mundo hay chocolate, pizza, cerveza”. Son cosas que no podés negarte a comer, pero no pueden ser la base de una dieta.

¿Cómo integrás el deporte con tu familia?

Mis hijos son los dos son deportistas, juegan al básquet, hay uno que es corredor y tiene 13 años, sale a correr conmigo y de repente corre 20 kilómetros. Podría estar jugando al Play todo el día, pero no es casualidad, el mundo está lleno de hermosas opciones, solo hay que mostrarlas. Para mí los enemigos de la actualidad son esos: el sedentarismo y la mala alimentación.