19 Apr, 2024
Montevideo
22 ° C

A puro pedal charrúa: Bruno Marna y una aventura en bici alrededor del mundo

Nos comunicamos desde Salvaje con Bruno Marna, joven uruguayo que se encuentra recorriendo el mundo en bici, volviendo realidad su sueño con cada pedaleo. Haciendo posible y palpable una encendida pasión que, en su caso,  no es nueva. ¿Su próxima meta? Hacer en chiva la ruta Ushuaia – Alaska…

 

 

Pedaleando

 

 

Antes de lanzarse a esta aventura, durante el verano de 2007 pedaleó con amigos hasta Rocha. Casi una década después, luego de emprender el Viaje de Arquitectura, Bruno Marna decidió realizar desde Madrid un  largo viaje en bicicleta, aunque en ese entonces no había destinos resueltos, ni distancias proyectadas. Sólo la determinación de perseguir su deseo, abandonar la zona de confort y empezar a pedalear.

 

 

 

 

Todo comenzó en Turquía. Bruno y otros jóvenes del grupo de viaje querían conocer unas playas de la costa sur de Turquía, cerca de Antalya. Pero tras el intento de golpe de estado que sufrió el país en 2016, esa planificación quedó trunca, no era el momento. Fue entonces que Bruno Marna se planteó que el destino de su viaje sería volver a Turquía.

 

 

 

Luego de averiguaciones y de la remada de trabajar en otras latitudes para obtener algo de dinero, iniciaría este admirable e increíble viaje en bicicleta.

 

«Todas las preguntas y miedos me taladraban la cabeza durante los primeros momentos sobre la bici (es más, casi me caigo al arrancar), pero poco a poco, a medida que voy entrando en calor, donde unos metros se transforman en varias cuadras, y varias cuadras en los primeros kilómetros, todo lo que tenía en la cabeza fue desapareciendo y el presente se fue haciendo más presente, el tráfico, la carretera, los paisajes, todas estas cosas nuevas comenzaron a recorrer cada rincón de mi cuerpo dibujando una sonrisa en mi cara«, cuenta Bruno Marna desde su web.

 

«De ahí en adelante cada día me sucede lo mismo. Me planteo un montón de cosas que una vez arriba de la bici desaparecen y la sonrisa vuelve a dibujarse mágicamente. Obviamente, hay días de mega sonrisas y otros de no tantas pero hasta ahora, incluso con cosas no tan buenas que te van sucediendo en el camino, la sonrisa y la alegría dominan mi día a día. Todos los días desde la partida me agradezco haber superado los miedos y haber empezado a cumplir mi sueño, el hacer un gran viaje en bicicleta«

 

¿Cuándo nació tu apego con la bicicleta?

 

La bicicleta siempre me gustó desde chico, con poca edad mi viejo me enseñó a pedalear, pero no fue hasta que comencé la universidad que me volví a enamorar de la bici. Comencé a utilizarla para moverme por todo Montevideo, hasta que surgió la idea de empezar a hacer algún viajecito en ella.

 

Hace ya una década, en 2007 te mandaste en bici hasta Rocha, contame cómo fue esa aventura…

 

Sí, mi primer viaje en bici, no me lo olvido mas. Irme a Rocha fue una idea que se me cruzó por la cabeza en algún momento unos años antes de hacerlo, que por X razones no podía, hasta que realmente me lo propuse y lo hice, muy a lo canario sin saber mucho lo que estaba haciendo.

 

Semanas antes de salir lo comenté entre un grupo de amigos y dos de ellos se sumaron a la aventura, cosa que ayudó a tomar coraje. Llegaron las vacaciones y salí bien temprano atando la mochila con unas cuerdas a la antigua bicicleta que tenía en la época, una BSA inglesa (¡Muy vieja!).

 

Íbamos pedaleando por carreteras conocidas y te das cuenta que hay muchísimas cosas que viajando en bus o en auto no ves, y parar o acercarte a ver cualquier cosa, incluso cambiar la ruta, es mucho más fácil con la bicicleta, te sientes libre… Y así hicimos, después de llegar a Punta del Este, decidimos ir por la ruta 10 que yo no conocía hasta el momento.

 

Lo más lindo fue esa velocidad lenta que te permite vivenciar los lugares por los que vas pasando, la libertad que se siente es increíble y lo poderoso que te sientes al superar obstáculos, subidas, terrenos complicados, no tiene precio.

 

Un uruguayo en Albania

 

 

Ahora estás viajando en bici alrededor del mundo. ¿Por qué lugares has pasado?

 

Hice dos viajes en Europa, uno desde el norte de Francia (Dunkerque) hasta Amsterdam, pasando por varias ciudades como Brujas, Gante, Bruselas, Amberes, Róterdam, y un montón de pueblitos. Y el segundo viaje, este si bien largo, comencé en Madrid hasta Estambul, pasando por la costa sur de Francia, norte de Italia, un poquito de Eslovaquia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Albania, un pelin de Macedonia, Grecia y al final Turquía.

 

Paisajes de Albania

 

 

¿Qué paisajes y culturas te han encantado especialmente?

 

Los Balcanes me fascinaron en cuanto paisaje y cultura, sobre todo Croacia y Montenegro por sus paisajes y naturaleza, y Bosnia y Albania por la gente, donde me han brindado de la mejor hospitalidad hasta ahora.

 

Culturalmente, me sorprendieron mucho los pueblos musulmanes, donde te tratan muy, muy bien, siempre haciendo el esfuerzo por entenderse cuando el idioma común sólo son las señas.

 

 

¿Cómo surgió este sueño de cruzar las fronteras pedaleando? ¿Cómo fue creciendo esa pasión por recorrer en bici largas distancias?

 

Surgió, la verdad, medio sin darme cuenta. Comencé con los pequeños viajes en Uruguay que hice cada vez más frecuentes, y luego de la oportunidad de hacer el viaje de arquitectura, se me metió en la cabeza que quería viajar a mi ritmo, y qué mejor que la bicicleta para hacerlo.

 

 

Montenegro

 

A medida que vas avanzando te das cuenta de que podés llegar a donde quieras y lo que comenzó con hacer un pequeño viaje, te va transformando y quieres más y más. Es un vicio. Yo no quiero parar.

 

Además de la cantidad de kilómetros recorridos, está la cuestión de andar cargado, con bastante peso encima… ¿Utilizás algún método o herramienta especial para llevar todo a cuestas?

 

 

Yo no llevo nada… lo lleva todo la bici. Hay muchas maneras de meter el equipaje en la bici, yo utilizo alforjas, que son bolsos diseñados para engancharse en la parrilla de la bici. Son súper prácticos e impermeables, cosa que viene muy bien cuando te agarran esas lindas lluvias. Después, tratar de reducir el peso al mínimo, cosa que he aprendido con el pasar de los kilómetros y las cuestas interminables.

 

 

 

 

¿Cómo equipaste la chiva y qué bici es?

 

Llevé todo el equipaje en 2 alforjas grandes en la parrilla de atrás, dos pequeñas alforjas en un invento de parrilla que hice para la rueda delantera y un bolso pequeño en el manillar con las cosas de valor y uso rápido.

 

La chiva de Bruno Marna, estacionada en España

 

 

La bicicleta es una Jacques Anquetil de carrera de los años 70′, obviamente no está preparada para hacer viajes en ella, pero era la bici que tenía y con ella salí a darle. Ahora planeo conseguir una nueva bici y mejor preparada para las próximas aventuras.

 

 

Una muestra del equipaje de Bruno Marna

 

 

Contame cosas que lleves sí o sí encima…

 

Y la bici es mi casa, por lo que sí o sí llevo una carpa, cosas para cocinar, cosas para dormir cómodo, cámara de fotos, documentos y ganas de tener aventuras a diario.

 

 

 

Los caminos, subidas o tramos más bravos por donde hayas pasado…

 

Montenegro y Albania fueron los más duros, con montañas, subiendo y bajando todo el tiempo. En Montenegro llegué al punto más alto hasta ahora, de 1907 m sobre el nivel del mar. Pero lo más duro que hice fue subir 1340 m en 25 km en una mañana. Cuando llegué arriba, creía que me moría, pero el placer de lograrlo y la cerveza que me tomé de recompensa valieron cada metro.

 

Una curva en las alturas de Albania

 

¿Cuál son tus próximos destinos?

 

Pfff…. difícil pregunta. Tengo el sueño de pedalear cada continente y sobre todo, hacer la ruta Ushuaia – Alaska.
Ahora estoy concentrado en generar ingresos e iré planificando mi próximo destino.

 

 

 

 

Una experiencia salvaje que hayas vivido en el camino de esta experiencia a puro pedal…

 

Lo más emocionante en todos los sentidos fue cruzarme con mamá oso con dos ositos, en medio de un bosque en Croacia. Una mezcla de emociones difícil de describir, alegría y miedo, todo junto, sobre todo cuando mamá oso me vio y se paró en dos patas mirándome fijo. Seguro, lo más emocionante hasta ahora.

 

Lugares de Uruguay donde más disfrutes y extrañes andar en bici…

 

La costa este, seguro. Extraño nuestras playas. Y pedalear con amigos se extraña también, sea donde sea.

 

¿La música te acompania en los pedaleos? ¿Qué escuchás?

 

No soy de escuchar música mientras pedaleo, sobre todo me pongo algo mientras cocino. Un indispensable de viaje seguro es un parlante.

 

Escucho de todo un poco, ahora tengo en el celular música brasilera, algunos sets de electrónica, rock uruguayo, argentino y oldies.

 

¿Cuándo volvés?

 

Por ahora ni idea, sin fecha de retorno, tal vez el año que viene, pero los planes cambian todo el tiempo, como cuando voy en la bici.

 

 

 

¿Qué sentís cuando andás en bici con los entornos corriendo a los costados?

 

Libertad, asombro. Me gusta no planificar mucho, ni investigar demasiado sobre los lugares a donde voy, para solamente chocarme con la realidad de ese momento, en ese lugar.

 

 

Lago Ohrid, Macedonia

 

¿Recomendarías este viaje para todo loco de las bicis? ¿Por qué?

 

¡Por supuesto! Es algo que toda persona, amante o no de las bicis, debería hacer al menos una vez en la vida. Dejarlo todo, por lo menos por un par de meses, y lanzarse a la aventura. Que todos los días pasan cosas interesantes y hace que te enfrentes a miedos e incertidumbres que te hacen crecer en todo sentido.

 

 

Para conocer más sobre las experiencias de Bruno Marna en bici, visitá su web www.bviajandoenbici.com

 

 

Fotos compartidas a Salvaje por Bruno Marna