28 Mar, 2024
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¿Por qué el mar es salado?

Basta con probar el agua de mar sin quererlo, o sentir el ardor instantáneo que produce en una herida expuesta, para apreciar su salinidad. ¿Pero por qué el mar es salado?

 

 

 

 

El proceso de salinización del agua de mar comenzó hace millones de años y ha sido permanente, produciéndose a lo largo del tiempo de modo ininterrumpido.

 

Según explica la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica – National Oceanic and Atmospheric Administration-, la sal del mar proviene, principalmente, de las rocas de la tierra.

 

Cuando llueve el agua adopta dióxido de carbono del aire circundante, tornándola ligeramente ácida. Se trata de un proceso químico: el agua (H₂O) y el dióxido de carbono (CO₂) reaccionan formando ácido carbónico (H₂CO₃).

 

A medida que la lluvia erosiona la roca, esos compuestos ácidos del agua de lluvia se descomponen en ella. Este proceso genera iones, partículas atómicas cargadas eléctricamente, que son transportados luego por ríos y corrientes al  océano.

 

Entre los iones más presentes en el agua de mar, se encuentran el sodio y el cloruro, elementos químicos «salados» que representan juntos el 90 % de todos los iones disueltos en el océano.

 

 

 

A nivel mundial, los ríos transportan aproximadamente 4.000 millones de toneladas de sales disueltas al océano año a año.

 

 

Desde abajo… En las profundidades oceánicas

 

La salinización se produce por variados procesos naturales. Ríos y corrientes constituyen una fuente de sales disueltas, pero no es las única. Las denominadas fuentes hidrotermales proveen también de minerales disueltos a los océanos.

 

Cuando el agua se filtra en las aberturas hidrotermales que se encuentran en el lecho marino, se favorece el proceso de salinización. Las fuentes hidrotermales son como un respiradero en el fondo del océano, el punto de salida. El agua de mar que allí se filtra pasa por las rocas de la corteza oceánica, se vuelve más caliente y disuelve a su paso algunos de sus minerales, regresando luego al océano.

 

 

Si  bien el agua caliente de esas profundidades trae minerales disueltos, «las reacciones entre el agua de mar y el basalto oceánico, la roca de la corteza oceánica, no son unidireccionales; algunas de las sales disueltas reaccionan con la roca y se eliminan del agua de mar«, explica el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS – United States Geological Survey)

 

 

Entre otros factores del proceso de salinización, las erupciones volcánicas submarinas, o incluso aquellos volcanes próximos a las costas, al  disolverse en el mar la sal contenida en la lava.

 

 

 

 

 

 


El mar Mediterráneo y el mar Rojo tienen aguas especialmente saladas, aunque el más salado del mundo es el mar Muerto, con una salinidad que se sitúa entre los 350 y 370 gramos por litro, siendo 10 veces más salado que los océanos. Ninguna especie vive en sus aguas y es posible flotar en ellas sin hacer nada.

 

Mapa graficando la sal de los océanos y la Tierra

 

 

La NASA elaboró en 2011 un mapa global de salinidad. En rojo y amarillo se representan las áreas de mayor salinidad y en azul y púrpura las zonas de menor salinidad.

 

 

Se aprecia una mayor salinidad en los subtrópicos, o en el océano Atlántico en comparación con los océanos Pacífico e Índico.

 

 

 

El poder del agua marina

 

 

Entre otros múltiples beneficios, el agua salada de mar ayuda en la cicatrización de heridas y la recuperación de lesiones, para aliviar dolores reumáticos y musculares, o como un antídoto natural para personas con problemas y enfermedades respiratorias, favoreciendo la eliminación de toxinas en los pulmones.

 

 

Gracias a su alto contenido de minerales (sodio, cloruro, sulfato, magnesio, yodo, calcio, …), el agua del océano es una inagotable fuente de curación, reconocida por sus propiedades antisépticas o antiinflamatorias.

 

Nadar, surfear o practicar cualquier otro ejercicio que tenga lugar en el océano (u otros entornos naturales) puede colaborar hasta con la salud mental, complementando al mismo tiempo los beneficios de la actividad física y los efectos de la naturaleza. 

 

 

 

 

El agua salada de mar tiene un poder relajante, capaz de reducir el estrés y los momentos de ansiedad. Así lo demuestra en su libro Blue Mind (2014) el biólogo marino Wallace J. Nichols, reuniendo evidencia relacionada al estado meditativo y de profunda relajación que produce el agua cuando las personas se encuentran en ella.

 

 

Fuente: NOAA – USGS – Así funciona