09 May, 2024
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Chicas que amamos: Florencia De Maio, dos veces Campeona Nacional Elite de XCO en ciclismo

Para Florencia De Maio, uruguaya de 26 años, el ciclismo es familia, amigos y trabajo. Ganó dos veces el Campeonato Nacional de XCO en Uruguay, además de ser dos veces vicecampeona. Resultó segunda en una carrera de tres días en el desierto de Atacama, participó del campeonato sudamericano de XCO y vivió en Ecuador haciendo vida de deportista de élite durante un mes. Salvaje charló con ella para conocer más sobre su pasión por los deportes extremos:


 

¿Cómo y cuándo empezó tu pasión por el ciclismo?

A fines del 2012 arranqué con la bici, en realidad con el objetivo de correr carreras aventura, pero en cuanto vi lo que era el entrenamiento me quedé solo con la bici. Me enganché con un grupo, el Mixtura MTB y me empecé a colgar con entrenar, sobre todo cuando salíamos a los trillos, lo técnico… lo más extremo.

Por unos años era un hobbie que hacía entre otros deportes y a veces a entrenar faltaba, excepto cuando la movida era meternos en el pasto, ensuciarnos con barro, saltar, pasar obstáculos naturales… ahí no fallaba. Así empecé a moverme en el ambiente, a hacer amigos  familia y no me fui más.

Después de un tiempo y de aprender un poco cómo manejar la bici apareció esto del XCO -la disciplina que me gusta correr-, me invitaron a ir a una carrera y me acuerdo que dije que ni loca, porque tenía que hacer como 5 veces el mismo circuito y me parecía un embole… ¡ni idea tenía de lo que me esperaba! Al final me convencieron y, después de eso, no falté nunca más a una carrera de esa disciplina; tenía exactamente lo que a mí me copaba: adrenalina, libertad, velocidad, emoción, manejo, técnica, desafíos y naturaleza pura. Siempre me gustó la onda de los deportes extremos.

 


 

¿En qué consiste la disciplina XCO?

Es la disciplina olímpica del MTB, consiste en una pista de entre 3 y 5 kilómetros con obstáculos técnicos, naturales o artificiales. Saltos, curvas, bajadas técnicas, subidas difíciles, de todo. Requiere mucho manejo y destreza, porque es una prueba en la que vas a tope todo el tiempo y es bastante extrema. Se larga por categorías y, dependiendo de cuál sea, cuántas vueltas hay que dar.

¿Cuándo empezaste a competir?

No fue como generalmente se dan las cosas, uno empieza a entrenar y al tiempo a competir. Fue totalmente al revés: salí una vez a entrenar y al domingo ya me estaban llevando a correr, una carrera en parejas, la ganamos y ahí me re colgué.

¿Qué representa el ciclismo en tu vida?

Hoy, y ya hace un tiempo, es un modo de vida. En realidad el deporte en sí es el modo y filosofía de vida, el MTB es la rama que enganché en los últimos años. Hoy es familia, amigos, trabajo, digamos que casi todo. El que no es del ambiente dice que es hasta una obsesión… y capaz   que tiene razón.

¿Creés que Uruguay es un país propicio para practicar este deporte?

Creo que sí, Uruguay tiene muchísimos recursos para hacer este tipo de deportes, sobre todo por la cantidad de naturaleza y espacios para hacerlo. Es verdad que no tenemos mucha altimetría, que es un detalle que juega en este deporte, pero no es tan limitante.

Hay mucho recurso natural y gente que viene de antes dispuesta a enseñar a los nuevos, y eso es más importante que cualquier repecho. Hubo un período de como 15 o 20 años en los que esta disciplina se dejó de practicar, hoy estamos comenzando otra vez de cero y este recurso humano es esencial para poder salir adelante.


 

¿Y te parece que es un país que reconoce a sus deportistas?

En Uruguay tenemos eso de que no se los reconoce a los deportistas, ni al MTB por parte de la federación, principalmente: según ellos no somos parte del ciclismo por lo que no tenemos ni mínimo apoyo ni reconocimiento. Hemos participado en Sudamericanos y Panamericanos pero absolutamente todo corre por cuenta nuestra.

Por suerte, hace ya un par de años algunas marcas se han puesto a apoyar a algunos ciclistas y eso ayuda mucho y es un gran avance. Yo, por ejemplo, estuve 2016 y 2017 con Trek: trabajaba haciendo salidas recreativas con grupos y ellos me daban un sueldo y la bici, ropa y repuestos. Ahora tengo contrato con Specialized como atleta por un año; tengo que competir y promocionar la marca por las redes, y me dan ropa, la bici y accesorios.

¿Cuáles fueron los desafíos más grandes a los que te enfrentaste en este deporte? 

El primero y que me marcó muchísimo fue en 2015, cuando nos fuimos al Desierto de Atacama en Chile para una carrera de 3 días. El primer día eran 35 kilómetros subiendo constantemente a un volcán: terminamos con más de 1500 metros de altimetría acumulada –o sea, lo que subimos real en total-. El segundo día fueron 90 kilómetros con 2000 metros de altimetría, ¡una locura! Y el tercer día fueron cerca de 45 kilómetros con 1000metros de altimetría.

Terminé segunda en mi categoría y quinta en la general, había gente de todo el mundo… ahí conocimos la garra charrúa. Fue increíble.

Después me tocó sudamericano de XCO en el 2016, fue muy impactante estar en línea de largada con hombres y mujeres tan destacados, que los veíamos por RedBull TV, y ¡estaban ahí! ¡Corría con ellos! Ahí terminé sexta. Fue muy fuerte, desde lo emocional, estar ahí, y por suerte estábamos los de la selección y toda una barra de amigos que fueron pilares clave para poder disfrutar de la experiencia.

Otro gran desafío fue este año tener la posibilidad de entrenar y vivir en Ecuador un mes con la Campeona Panamericana de XCE y top 10 de XCO, Mikela Molina, y su padre, que a su vez es su técnico. Vinieron a correr a Uruguay, hicimos muy buena amistad y hoy son parte de la familia. Implicó hacer vida de deportista de élite durante 1 mes y estuvo increíble.

Y, por último, en abril de este año nos tocó viajar a Colombia al Panamericano. Llegaba preparada como nunca, pero cuando largamos quedé envuelta en una caída y me quebré el codo, y ahí se terminó todo.


 

¿Qué significó para vos participar y ganar el Campeonato Nacional de XCO?

Ganar el primer año fue súper motivador para seguir creciendo. El segundo año fue totalmente inesperado, porque venía de 3 meses de reposo por un par de fracturas que tuve, y supuestamente no llegaba ni a largar, fue increíble cuando supe que había ganado.

Y este año por problemas mecánicos me quedé con las ganas y un segundo lugar: rompí la trasmisión de la bicicleta en la primera vuelta y de ahí en adelante hice lo mejor que podía, cuidándome a mí y a la bici.

Pero, en general, estos campeonatos me abrieron muchísimas puertas nuevas y caminos que ni esperaba que surgieran, fueron todo un cambio en mi vida, no solo por el hecho de ser campeona sino por la motivación que eso lleva, las ganas de ir por más y de seguir superándome.

 

 

¿A qué te dedicás además del ciclismo?

Soy profesora de educación física, trabajo en un Club y un Colegio y tengo también algunos proyectos personales. Además soy hija, hermana, madrina y tía, y a la familia por suerte le puedo dedicar muchísimo, que son mis pilares en las buenas y en las malas, siempre están al firme.

 ¿A dónde te gustaría llegar en tu carrera como ciclista?

En la realidad que vivimos hoy en el ciclismo me gustaría, pensando mucho más allá de lo individual, poder poner de mí para que el deporte vuelva a crecer y establecerse en Uruguay, para que los niños lo tengan como deporte opcional y tengan a los buenos ejemplos de deportistas como ídolos; que la pasión que nosotros sentimos la empiecen a sentir desde chicos. Obviamente, desde mi punto como deportista espero poder seguir creciendo y llegando cada vez más lejos.

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