28 Apr, 2024
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¿Quién lo dijo? Componer es apretar las fibras del corazón, sin provocar un ataque al corazón

 

Lo dijo uno compositor, considerado uno de los mejores guitarristas rítmicos del rock n’ roll. Un pirata viejo con el ritmo tatuado en sus venas, que ha sobrevivido a los excesos y rutas salvajes del rock casi que como una excepción entre los mortales…

 

 

 

«A veces, creo que escribir canciones se trata de apretar las fibras del corazón tanto como sea posible, sin provocar un ataque al corazón».

 

 

Son palabras de un músico con un sentido del swing tremendo, de esos que sienten el ritmo en todo su poder y expansión, creador de algunos de los riffs más sólidos e identificables del rock, inspirados en acordes, rasgueos y gestos musicales del Delta blues y del rock n´roll de los inicios.

 

 

Si bien ha tocado múltiples y muy diferentes tipos de guitarras, en muchas de sus canciones utiliza una de cinco cuerdas, obteniendo un sonido limpio, depurado, difícil de reproducir por otros aunque algunos riffs parezcan de fácil ejecución.

 

 

 

Fender Telecaster Blonde 1953, una de las guitarras de Richards, bautizada por el músico como «Micawber». Foto: Blue Lena – tonereport.com

 

 

Hablamos del gran Keith Richards, guitarrista y compositor de The Rolling Stones.

 

 

 

 

Nacido en Kent, Londres, en la década del 50′ Richards conoció  a Mick Jagger en la escuela primaria Dartford Maypole County Primary School. Se hicieron amigos de inmediato, aunque los chicos debieron separarse unos años después, cuando cada uno cambió de escuela.

 

 

 

Viejos amigos: Keith Richards y Mick Jagger

 

Rebelde desde chico, en 1959 Richards fue expulsado por problemas de conducta. El director del colegio pensó en ese momento que aquel jovencito podría encontrar un lugar como artista. Pero no siguió su consejo por obediencia, sino que impulsado desde antes por la pasión de su abuelo, ya había comenzado a tocar la guitarra y a enamorarse de los repertorios sonoros del blues y del rock.

 

Tras su expulsión, Richards comenzó a concurrir a la Sidcup Art School, donde conoció a Dick Taylor (futuro guitarrista de Pretty Things y futuro primer bajista de los Rolling Stones), quien tocaba en ese entonces en una banda de blues con Mick Jagger.

 

Fue así que, casi una década después, Richards y Jagger volvieron a encontrarse, resurgiendo en ese momento aquella amistad y el deseo compartido de hacer algo juntos. El joven Richards pronto se unió a ellos en aquella banda, llamada Little Boy Blue & the Blue Boys.

 

Luego, Jagger y Richards conocieron a Brian Jones. Empezaron a tocar juntos, acompañados entonces por el pianista de blues Ian Stewart y Dick Taylor en el bajo. Tony Chapman y Mick Avory fueron los primeros bateristas del grupo, antes del ingreso triunfal de Charlie Watts.

 

El resto es historia, una que comenzó en los escenarios durante el verano de 1962, cuando los Rolling Stones hicieron su primera presentación en el Marquee Club de Londres.

 

 

 

 

Talk Is Cheap (1988) fue el primer álbum en solitario de Keith Richards, discazo con canciones como estas:

 

 

 

 

Fragmentos de Keith Richards – Autobiografía «Life»

 

Definir la música y bajarla a palabras es bravo, por no decir absurdo. Casi no tiene sentido buscar descripciones acerca de los procesos creativos, a no ser que quien lo haga sea un músico y más aun si se trata de uno de la estatura de Keith Richards.

 

«Una vez que tienes la visión en tu mente de caballos salvajes, ¿cuál es la siguiente frase que usarás? Tendría que ser «no podría arrastrarme lejos».

 

Esa es una de las mejores cosas de la composición de canciones; no es una experiencia intelectual. Uno podría tener que aplicar el cerebro aquí y allá, pero básicamente está capturando momentos …

 

¿Qué es lo que te hace querer escribir canciones? De alguna manera, quieres estirarte y llegar a los corazones de otras personas. Quieres plantarte allí, o al menos obtener una resonancia, donde otras personas se convierten en un instrumento más grande que el que estás tocando…

 

Escribir una canción que sea recordada y llegue al corazón supone una conexión… Un hilo que nos atraviesa a todos. Una puñalada en el corazón.

 

A veces, creo que escribir canciones se trata de apretar las fibras del corazón tanto como sea posible, sin provocar un ataque al corazón«.

 

 

 

 

En sus palabras:

 

«Once you’ve got the vision in your mind of wild horses, I mean, what’s the next phrase you’re going to use? It’s got to be “couldn’t drag me away.” That’s one of the great things about songwriting; it’s not an intellectual experience. One might have to apply the brain here and there, but basically it’s capturing moments….What is it that makes you want to write songs? In a way you want to stretch yourself into other people’s hearts. You want to plant yourself there, or at least get a resonance, where other people become a bigger instrument than the one you’re playing….To write a song that is remembered and taken to heart is a connection, a touching of bases. A thread that runs through all of us. A stab to the heart. Sometimes I think songwriting is about tightening the heartstrings as much as possible without bringing on a heart attack».

 

Fragmentos recogidos de su autobiografía Life