Veganismo en Uruguay
Cerca de 120.000 personas, y más mujeres que hombres, viven el reto de ser herbívoros en Uruguay, el país del asado
Especial para Salvaje
Por Pilar Villarmarzo
Las personas estamos físicamente preparadas para sobrevivir con los alimentos que estén a mano. Hace más de 10.000 años, los humanos primitivos tuvieron que recurrir a la recolección, la caza y luego la siembra. Pero esos días ya son cosa del pasado.
En pleno 2018, las opciones alimenticias se multiplican exponencialmente. Así, existen casi tantas dietas distintas como personas en el mundo. Sin embargo, cada vez más personas están optando por dejar de lado la carne en sus dietas y adoptar una postura más eco-friendly y cruelty-free, términos que comienzan a ser más conocidos.
Pablo Loschak, director y fundador de la tienda de alimentos Go Vegan! y antiguo miembro colaborador de la –hoy inactiva- Unión Vegetariana del Uruguay (UVU), fundada en la década de los 2000, dijo a Salvaje: “La postura vegana siempre fue un problema en Uruguay, porque hay una promoción del consumo de productos de origen animal que es muy fuerte y no escucha razones”. Por eso, la UVU surgió como respuesta a la necesidad de generar espacios donde las personas pudieran discutir el veganismo y trabajar en su difusión, además de practicarlo en su vida.
Vegetarianos y veganos
Tanto vegetarianos como veganos están en contra del maltrato animal, pero los primeros se limitan a excluir de sus dietas todo tipo de carne, al igual que productos tales como galletas, alfajores, panes y demás que contengan grasa animal –que es diferente, por ejemplo, a la manteca-, mientras que los segundos no comen nada de origen animal; además de la carne, rechazan también los huevos, la leche, la manteca, el queso e incluso la miel, no se visten con cuero ni lana y no utilizan productos que hayan sido probados en animales.
Gracias a su experiencia en la UVU, Loschak explica que en Uruguay hay una clara diferencia entre hombres y mujeres con respecto a su postura frente al veganismo: “La mujer en seguida lo procesa como algo perfectamente razonable, lo adquiere como algo para su vida propia y colabora en tareas de activismo, no tiene tantas excusas como el hombre, que es más reacio al cambio”.
Según datos de la Unión Vegetariana del Uruguay, en Uruguay hay cerca de 120.000 personas vegetarianas y/o veganas, concentradas principalmente en los departamentos de Montevideo (64%), Canelones (14%) y Maldonado (9%). Según este registro, Treinta y Tres es el departamento que cuenta con una afluencia de estos estilos de vida prácticamente nula (0,1%).
No obstante, como explica Loschak, este informe se hizo “lo mejor que se pudo con las herramientas que había”: ante el deseo fallido de incluir una pregunta de este tipo en el Censo Nacional, se recurrió a proponer a las personas que se inscribieran voluntariamente en una encuesta durante los años 2014, 2015 y 2016, y esas respuestas se tomaron como referencia para elaborar el informe.
Vegano desde hace 6 años, Loschak explica que el veganismo implica optar por una postura ante la vida más compasiva y más amable con el planeta: “Cuando entendés que estás participando de un sistema que trata a los animales como cosas, de manera monstruosa, te das cuenta de que no querés ser parte”. Asimismo, afirma que ha comprobado –no solo leyendo, sino a partir de su propia experiencia- que no necesita consumir nada de origen animal.
Según indica, muchas personas critican al veganismo aludiendo a que “las plantas también sienten”. Frente a ello, el director de Go Vegan! plantea: “Si los animales y las plantas sienten, hagámosle solo daño a las plantas. Las plantas tienen comportamientos específicos que no indican que sientan dolor y placer”. En cambio, como explica, los animales tienen cerebro, sistema nervioso central y características biológicas que les permiten sentir el encierro, el dolor y las enfermedades psicológicas que sufren animales como los que están en el zoológico.
Según dice, Uruguay es un país particularmente surtido en oferta de productos veganos, desde aquellos que son veganos intencionalmente, que apuntan a mantener un buen nivel nutricional, hasta los que lo son “por casualidad”, tales como las galletitas Oreo y algunos productos de limpieza, seguramente por abaratar su precio.
Por último, Loschak afirma que él vive únicamente con los productos que comercializa en su tienda –en la que todos los empleados son veganos-, aunque reconoce que hay una mayor carencia en cuanto a alimentos listos para consumir.
Se puede percibir un crecimiento de la oferta de opciones vegetarianas en los restaurantes y bares de Uruguay, cada vez son más los uruguayos que eliminan la carne de su alimentación: Namasté Cocina Vegetariana, Vegan Wraps, Club Natural y Popular, Bosque Bambú, La Molienda y Mercado Verde son solo algunos de los sitios en donde se ofrece exclusivamente comida vegetariana, así como la heladería vegana Dolly.
Dos campanas
The Academy of Nutrition and Dietetics (La Academia de Nutrición y Dietética), la organización de profesionales en comida y nutrición más grande del mundo, fundada en Ohio en 1917, indica que las dietas vegetarianas y veganas, guiadas por un nutricionista experto, pueden ser una nutrición saludable para cualquier persona en cualquier etapa de su vida, además de contribuir a disminuir el riesgo de enfermedades crónicas y ser más ambientalmente sustentable que las alimentaciones con base en productos de origen animal.
No obstante, en Uruguay existe una gran presencia de la postura opuesta en gran cantidad de médicos y nutricionistas que defienden que, como indicó a La Diaria la nutricionista Raquel Oggiani, “es muy importante el consumo de proteínas de origen animal porque tienen aminoácidos esenciales. Este componente permite la transformación o sintetización de la proteína en el organismo (…). Un ejemplo es el aporte de hierro en las carnes rojas; uno ve en muchas personas vegetarianas que tienen anemia por la carencia de este componente”.
Según la misma fuente, el director de la comisión directiva de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas (Audyn), Pablo Pereira, indica que “las dietas vegetarianas y veganas apropiadamente planeadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden aportar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades”.
A su vez, como indicó a Salvaje la nutricionista Natalia Facal, “la dieta vegana, por más que esté balanceada, no va a poder cubrir la vitamina B12, una de las vitaminas del complejo B que solo se encuentra en alimentos de origen animal. Puede que las carencias de esta vitamina no sean detectadas en seguida sino después de un tiempo de llevar dicha alimentación, por lo cual se sugiere suplementar la misma con complementos vitamínicos. Esto es lo único que podría faltar en el veganismo, lo demás se puede cubrir sin inconvenientes siempre que sea una dieta balanceada”.
Testimonios cruelty-free made in Uruguay
Belén Añón, estudiante que cursa el quinto año de la carrera de Medicina, de 21 años de edad y vegana desde los 18, afirma que ser vegano es, más que una alimentación, “una forma de pensar y de ver el mundo. Es estar más en contacto con la naturaleza, con los animales y el medio ambiente, y ser conscientes de lo que comemos y de nuestra salud. Ser vegano implica estar dispuestos a modificar hábitos diarios y arraigados, gracias al convencimiento de que todas las vidas valen por igual y que nadie tiene derecho a arrebatársela a miles de seres por unos minutos de placer”.
Paulina Cerruti, vegana desde hace 3 años, también brindó a Salvaje su testimonio: “Yo entiendo al veganismo como un estilo de vida que implica el respeto hacia el resto de los animales. En mi caso particular, el veganismo le da coherencia a mi vida, a lo que soy con respecto a lo que quiero ser (…), el veganismo es una parte esencial de mi identidad. Es un trabajo de concientización propia y de asimilaciones diarias, un esfuerzo constante para dar lo mejor de mí. Asimismo es una medida de lucha, que va de la mano de ideologías globales sobre lo que yo quiero para la sociedad y cómo aporto mi grano de arena”.
Judy Garland, por su parte, es vegetariana hace 21 años: hoy tiene 74. “Nunca tuve anemia, nunca me enfermé a raíz de eso, me siento bien. Me volví vegetariana primero por mi salud y, después, porque entendí que el animal está para vivir… igual que nosotros”, explicó.
Tia Blanco: la surfista profesional es una de las atletas más animal-friendly y publica recetas veganas en Instagram.
Veganos en el mundo
Seguramente por su conexión con la naturaleza, varios de los mejores surfistas a nivel mundial han sentido la necesidad de cambio y ahora son veganos: Kelly Slater aceptó un desafío de PETA para ser vegano por dos semanas y luego continuó por su cuenta; Tia Blanco había sido vegetariana toda su vida hasta que en 2014 decidió ir un poco más allá y volverse vegana, e incluso recibió el premio a la atleta más animal-friendly. Ella tiene un perfil en Instagram llamado @tiasvegankitchen dedicado 100% a comida vegana.
Alana Blanchard –al igual que su pareja, Jack Freestone– es conocida por promulgar el veganismo y, en su cuenta de Instagram, después de madre y surfista, se define como vegana y amante de los animales.
Nikki van Dijk, Dave Rastovich, Rob Machado y último bicampeón mundial de surf WSL 2016 y 2017 John John Florence, son solo algunos más de los surfistas que han decidido ser veganos y, por lo tanto, defensores de los animales y el ambiente, al igual que reconocidos artistas como Miley Cyrus, Liam Hemsworth, Natalie Portman, Brad Pitt, Ariana Grande, Jennifer López y Sia.
La explicación de John John: el 2 veces campeón del mundo dijo en una entrevista a WSL que había estado disfrutando de una dieta vegana después de que «se hizo cada vez más consciente de los alimentos y sus efectos sobre el cuerpo humano. Todos los signos apuntan a la idea de que una dieta basada en plantas es muy superior a la de la alta ingesta de productos de origen animal «.
Para promover la vida vegana, existen páginas web como yourveganfallacyis.com, que expone las típicas preguntas que recibe un vegano con respecto a su alimentación, y ofrece una respuesta favorable.
Y thevegancalculator.com, calcula que, luego de un año, una persona vegana ahorra 1.519.823 litros de agua, 1.022 metros cuadrados de bosque, 6.607 kg de cereales, evita que se liberen 3.322 kg de co2 a la atmósfera y salva la vida de 365 animales.
