06 May, 2024
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Voy a gritar de pie que la moda no es vanguardia

Juan Pablo Beramendi Reyes nos escribe acerca de «El ruiseñor, el amor y la muerte», quinto álbum de estudio del músico argentino «Indio» Solari y su banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado

«Indio» Solari

Fue a mediados de marzo de 2017, luego del último y accidentado concierto que dio Carlos Alberto “Indio” Solari en Olavarría, cuando decidí dejar de lado mis prejuicios para lograr entender este fenómeno único y mundial. Y así fue que me pasé todo el año escuchando la discografía de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Disco a disco, como corresponde.

“¡Cuántos años desperdicié sin escucharlos!”, pensé, cómo pude ignorar tanto tiempo a una de las bandas más originales que ha dado el universo de la música. Pero nunca es tarde, y acá estoy intentando escribir no de esta banda, sobre la que uno puede leer infinitas cosas, sino del que, creo, que fue el mejor álbum de 2018: “El ruiseñor, el amor y la muerte”, quinto disco de estudio de Solari como solista.

En 2016, Solari concedió una entrevista íntima al consagrado periodista Mario Pergolini, en la cual admitió estar enfermo de Parkinson, y demostró cierta obsesión con la muerte, además de un profundo rechazo a la vejez y una gran admiración a la última obra -“Blackstar”- de David Bowie.


Todo esto sumado hace pensar que cada paso artístico que dé Solari a futuro vendrá en carácter de despedida, y así se siente este nuevo álbum de una enorme profundidad, con líricas clarísimas y melodías tan bellas como, por momentos, obscuras.

La muerte no solo figura en el título, sino que se menciona deliberadamente en varias ocasiones a lo largo del disco. “Muere hoy la vida en falsedad, de cuna a tumba siempre en falsedad” es la primera estrofa del hit del disco “El martillo de las brujas”. Este tema es seguido por un homenaje al creador del acido lisérgico Albert Hoffman, en cuyos zapatos parece ponerse el Indio para contarnos la experiencia como si en verdad fuese el propio Albert.


Solari da la impresión de estar más allá de todo en una obra que habla tanto de su actualidad como de la actualidad del mundo. “Los muertos sin alma me quieren juzgar a mí/ la moda les sopla qué cosas penar, son así”, reza la canción a la cual hace referencia el título de esta columna.

“Hacemos otro usted para usted/ un bello clon”, agrega en una crítica explícita a la vorágine sin procesamiento que escupen las redes sociales. Y esa cáscara falsa y bonita que decidimos mostrar de nosotros mismos, en el mismo tema (“El martillos de las brujas”) aclama: “Tu cuerpo falso se ve mal como casi todo hoy”.

En algún momento, Solari fue acusado de estar más enfocado en la búsqueda sonora y no tanto en la canción en sí misma, pero es difícil darles la razón a sus críticos en un material donde cada tema tiene un alma y una impronta súper poderosa.


No es usual encontrar baladas en la carrera de Solari (admito no haber escuchado todos sus discos como solista). Sin embargo, este disco incluye dos, la primera de ellas, homónima. Incluye, también, otras letras fabulosas. “Todo viejo amor nos importuna siempre/ sabes ocultar entonces amas”, asegura el Indio en un track de interpretación abierta. Y, en otra muestra de su categoría, agrega: “El dolor más puro es el de haber sido tan feliz”. Sin dudas, solo se conoce el dolor tras haber conocido la felicidad. Y viceversa.

En “El Ruiseñor, el Amor y la Muerte”, Solari experimenta y expande sus propios límites en busca de universos sonoros alternativos. En momentos en que la música viene envasada al vacío y con fecha de vencimiento, recomiendo fuertemente prestarle atención a esta obra de arte contundente y emocionante.