NYC: el lugar donde todo sucede
NYC – A PLACE WHERE EVERYTHING HAPPENS
Por Tavo Rodriol / Otra Vintage
Para ir a Nueva York y pasarla tremendo, tenés que estar “preparado” y eso lo dejo a criterio de cada uno. Es el mundo entero en una ciudad, una ciudad donde todo convive, todo se acepta y nada ni nadie se juzga en absoluto.
Básicamente podes ser, hacer o usar lo que quieras y está todo ok, a nadie le importa (en el buen sentido), pero si tienen que destacar algo bueno de vos, así nomás sin rodeos te lo dicen: “Nice look bro, like your style men, well done buddy… y así más. Y vuelvo a repetir, lo de estar “preparado” para salir a romperla, ya que es una ciudad donde yendo solo, igualmente podés pasarla bomba y las cosas más inesperadas te pueden pasar.
Son las dos de la tarde del 2 de Julio, el calor derrite las calles pero se banca, y la mejor manera de combatir el verano en Brooklyn es refugiarte en bares: los hay por doquier y cada uno mejor que otro.
Entras por una fría que terminan siendo 2 o 3, sumado a la buena música que suena siempre y una charla casual que podés entablar con una chica de Alabama, un veterano de Vietnam o con Mary, una señora local de 73 años que estuvo en Woodstock, ¿qué panorama no?
Por lo tanto, para empezar tu día, si amaneciste al mediodía o decidiste salir después de las 12am, es meterte en un “Hole in the Wall” bar para empezar una experiencia neoyorquina con el pie derecho y dejarte llevar en experiencias inesperadas que no tenés idea en qué puede concluir, pero por sobre todas las cosas, hay que estar buena vibra y alineado con la ciudad para que las cosas buenas pasen, “I wish you all the best, be happy my son”, fueron las palabras con las que me despidió Mary!
Bue, ya empezó la aventura, ¿querés Rock n Roll? Tenés Rock n Roll, ¿querés Jazz? Lo tenés, ¿Blues, Disco, Funk? Lo que quieras y de lo mejor, de la cuna, lo tenés. Lugares efervescentes donde sus raíces están vivas y donde todo el tiempo pasan cosas copadas, que después se expanden al mundo.
Experiencia local si lo fue, ¡4 de Julio en NYC! El país entero de festejo, y por si fuera poco, gracias a Dinamita Pereda (con quién compartí gran parte de mi estadía) fuimos a una fiesta en una casa en Rockaway Beach, donde él se encargó de calentar aún más la fiesta con sus punteos poseídos, haciendo vibrar a la gente en el día de su Independencia. ¡Vivimos nuestra propia película!
¿Diversidad?. Que mejor ejemplo contarles que en un solo barrio (Brooklyn) se hablen más de 400 idiomas de todo el mundo y, por supuesto, la posibilidad de degustar la gastronomía típica de dónde se te ocurra, lo que quieras, así como también la carnicería de Mario, un ícono de Brooklyn que vivió todas las décadas desde 1930, cuando llegó desde Italia. Mezclarse con locales es la clave, llegás a conocer cosas muy buenas que sólo de turista no podrías.
Aparejado con la mezcla de idiomas, la cultura y las comidas típicas, viene la mezcla de razas obviamente, lo que tiene como resultado el nacimiento de nuevas tradiciones, estilos y subculturas, que hacen de NYC una ciudad en constante transformación, evolucionando y mutando todo el tiempo con un poder increíble.
Quizás para muchos de ustedes no estoy diciendo nada nuevo, pero es una ciudad divina para ir con la mente en blanco, sin preconceptos, sin prejuicios y sin miedo, un gran lugar para abrir la mente, aceptar los cambios y pasarla increíble, sean cuales sean tus gustos o intereses.
Seguro en NYC si la haces bien…¡TE GOZAS!
