29 Apr, 2024
Montevideo
22 ° C

Entrevista con Bruno Cammá: producción musical, hip hop y… ¿surfing?

Charlamos con Bruno Cammá, integrante de Dostrescinco. Beatmaker, productor, MC y surfista.

Bruno Cammá es integrante de Dostrescinco. Además de ser beatmaker, productor y MC, también es un apasionado por el surf. Esto puede llegar a ser una sorpresa para propios y extraños, ya que la cultura del rap está más asociada a la calle y al skate, y no tanto al surf. Nos pusimos a pensar en algún rapero surfista y el único que encontramos fue al brasileño Gabriel O Pensador. Pueden ver videos de él en YouTube bajando bombas en Nazaré y en Mentawai. Otro que podría entrar en esta categoría es el ex CT Matt Wilkinson, que hace poco lanzó su primer sencillo en el que se convierte en una especie de surfer cowboy haciendo tow-in con un caballo. Igualmente, el entrañable Wilko es más surfista que otra cosa.

En 2021, Bruno lanzó un disco junto a su cómplice y compañero de banda Gabino Suanes. Con un gran recorrido con Dostrescinco, luego de haber publicado tres discos, dos EPs y varios singles, volvieron a las canchas con Los vagabundos del drama. Un disco creado en tiempos pandémicos que incluimos en nuestro resumen musical de 2021.

Tu trabajo está relacionado a la música y el sonido. ¿Siempre lo supiste o lo soñaste? 

Te diría que no. Capaz que sí lo soñaba pero no lo veía algo muy posible. Cuando salí del liceo ninguna carrera me copaba y me gustaba la música. Después me puse a estudiar sonido y en un momento dije «es por acá». Cuando empecé a estudiar yo era más grande que mis compañeros. Conseguí un trabajo en una compañía de seguros y con eso me pagaba la facultad. Ahí yo ya tendría 24 o 25 años, no me acuerdo. Dije «voy a darle a esto hasta que salga y mientras laburaré en cualquier cosa que me chupe un huevo, como los seguros». Un par de años después empecé a trabajar en sonido. Y el rol dentro de la música o el audio ha ido cambiando bastante. Hay muchas cosas que se pueden hacer en ese mundo, más allá de tocar.

Te metiste en el sonido no pensando en ser artista.

En mi caso estaba todo muy conectado. Nunca pensé en ser artista como una opción. Me encanta hacerlo y es una parte necesaria de mi vida pero no es lo único que me apasiona. También me encanta producir música, hacer instrumentales y que otra gente le cante arriba, ir a un show y estar mirando desde el público y no ser yo el que está cantando, mezclar música de otros. Me gusta estar en el estudio y trabajar sin tener que ser el que está poniendo la cara todo el tiempo. Se fueron armando una cantidad de tareas que se pueden desempeñar. , Dentro de todo voy siempre cambiando ese equilibrio para un lado o el otro.

Dostrescinco. Foto: @alfoto22.

¿Cómo entra Dostrescinco en ese puzle?

Es una de las patas de la mesa más importantes. Siempre fue prioridad en mis tiempos, por delante de las demás cosas, pero durante muchísimo tiempo no generó ingresos por ejemplo. Por suerte es una banda autosustentable hace muchos años, no tenemos que poner plata de nuestros bolsillos. Pero durante muchísimos años era eso, no generaba plata. Pero a nivel importancia, más allá de que pasaba eso siempre fue lo más importante que yo consideraba que estaba haciendo.

¿Cómo nace Dostrescinco?

De un grupo de amigos. Varios éramos compañeros de escuela o vecinos, andábamos en skate. Teníamos 12 o 13 años. Cuando empezamos a andar en skate, a fines de los noventa, la música  que se escuchaba en los campeonatos era rap, sonaba mucho Cypress Hill o Peyote Asesino, nosotros quedamos fascinados con eso y seguimos escuchando esa música. Más adelante empezamos a ver que habían grupos de acá que hacían rap más tradicional, como era V.D.S (Víctimas del Sistema), y vimos que era algo que se podía hacer. Medio que de bobera cuando nos juntábamos alguno traía alguna letra. En un momento vimos que nos juntábamos re seguido a grabar, probar cosas y bobear, y dijimos «bueno, vamos a tener un grupo». Salimos a tocar en 2005, pero veníamos haciendo cosas desde el 2002 por ahí.

¿Sienten que son referentes de alguna manera?

Trato de no darle mucha bola a ese tipo de definiciones, me gusta vivirlo como algo del presente y no ponerme a observar mucho. Sí sabemos que somos parte de una segunda o tercera generación del rap de acá y en cierto modo cambiamos las cosas, y que tuvimos que abrir muchas puertas nosotros, que luego quedaron abiertas y está demás. Tampoco es una cosa que diga «ah, yo soy un referente». Cuando nosotros arrancamos estaban latejapride o Contra las Cuerdas. Ellos fueron referencia para nosotros, así como V.D.S. Lo recontra curtimos y también fueron parte de los que nos hicieron ver que se podía hacer. Nosotros seríamos como una tercera generación, así que primeros seguro que no fuimos en nada.

En su música tienen el rap tradicional y también buscan cierta diversidad en el sonido. ¿De dónde viene esa búsqueda?

La parte del rap tradicional es porque nos gusta y porque siempre nos interesa seguir haciéndolo y seguir mejorando ese aspecto, es una gran parte de lo que hemos escuchado y lo que hemos curtido. Es como una muestra de respeto a eso y no queremos dejar de hacerlo. Y la búsqueda es algo que se nos da super natural. Es como una cuestión de renovación de energías. Por ejemplo, ahora estamos escribiendo y no teníamos ganas de hacer canciones boombap o de funk. Y teníamos que salir a buscar qué es lo que podemos hacer que nos guste y lo sintamos como propio. Es una cuestión de mantener viva la llama y de no parar de aprender, de coparnos con lo que estamos haciendo, no podemos hacer siempre lo mismo todo el tiempo porque nos embolamos. 

También se juntan con artistas de otro palo.

Es parte de eso. Generalmente las colaboraciones surgen por una necesidad de la canción, como que tratamos de no colaborar solo porque tal persona es famosa y me sirve a mí hacer una canción con él. Tenemos una canción y decimos «bueno, a ver quién nos gustaría que aporte lo suyo», y a veces hasta vienen a resolver cosas de una canción que nosotros no podemos o que estamos trancados. También porque no escuchamos solo rap, entonces es algo que también te sale naturalmente y te sorprende a vos mismo la naturalidad con la que te salen otros géneros, que se ve que lo tengo re curtido y ni cuenta me había dado.

Eso te puede ayudar a llegar a un público más amplio.

Eso nos pasó siempre, nuestro público nunca fue estrictamente rapero. A veces no sabés qué puede pasar con las canciones. En cierto modo es tomar un riesgo cambiar lo que hacés. Ahora ese riesgo como que lo tomamos cagados de risa, pero en su momento habían canciones que de repente era
«vamos sacar esto, pah, qué pensará la gente». Generalmente hay gente que no le gustan esas cosas, pero hay mucha más gente que se copa y se arrima a la banda por un acústico o un reggae, y de repente termina agitando un tema super rapero en un show.

¿Cómo nace Los vagabundos del drama, el disco que sacaron con Gabino el año pasado?

Ese disco se dio porque había tiempo para hacerlo. Era algo que teníamos ganas de hacer con aquel hace pila. Nos entendemos mucho y tenemos tremenda fluidez a la hora de componer, y una resolución de las cosas en las que casi siempre estamos de acuerdo. Con el parate de la pandemia y algunos cambios estructurales dentro de la banda nos pareció que era el mejor momento para hacer algo entre nosotros y descansar un poco del proyecto Dostrescinco, que obviamente termina siempre englobando todo lo que hacemos cada uno individualmente. A esta altura Dostrescinco para nosotros es como una plataforma, en la que podemos lanzar nuestros trabajos. Coincidieron las ganas y el tiempo.

Muchas veces se rompen la cabeza para tener un resultado de calidad y que suene bien. ¿Siempre estuvo eso de hacer algo que digas
«esto me gusta, esto lo puedo presentar»?

Siempre estuvo la búsqueda, no siempre se lograba, porque no estaba la experiencia de repente. Yo siempre fui un apasionado del sonido. Nunca contratamos a alguien para mezclar o grabar una canción de Dostrescinco, eso siempre lo hice yo. En un momento se incorporó a Seba Peralta, que es productor musical, cuando salió Voluntad allá por el 2012. Nos ordenó un poco y a mí me enseñó pila de cosas que yo no las tenía. Más allá de haber estudiado sonido, a la hora de producir un disco lo aprendés en la cancha. La estructura de las canciones y toda una cantidad de cosas que no las teníamos empezaron a aparecer después.

La búsqueda del sonido y del profesionalismo en general siempre estuvo presente. Por mi parte, si no es así no lo hago, me embola. Hacerlo más o menos o dejar a medias las cosas no me entra en la cabeza con la música. Tengo un amor por esa parte que no lo puedo vivir de otra manera. A veces me gustaría, pero no puedo hacer música como ir a jugar a fútbol 5.

Gabino y Bruno Cammá. Foto: @07raka.

Hoy tenés tu propio estudio y trabajás  produciendo a otros artistas. ¿Cómo fue ese camino para llegar a eso?

Me pasó un poco también gracias a Dostrescinco. Estudié eso y todo, pero  a nivel de producir voces, además de todo lo que aprendí con Seba, lo aprendí grabando a mis amigos. Me daba cuenta que los escuchaba y me parecía que tal palabra la podían decir mejor o tal nota hubiera entrado mejor. Y me di cuenta que eso me gustaba, el hecho de poder ayudar a que el producto saliera mejor. Y en determinado momento la gente me empezó a preguntar si podía grabar conmigo, y ahí me di cuenta de que podía empezar a trabajar de eso. Después fue un proceso de muchos años, realmente poder llegar a vivir de mi propio estudio. Estuve varios años trabajando en una productora, haciendo audio para publicidades o para cine. Pero esa parte se fue dando sola, hasta el punto de que ahora laburo por mi cuenta hace 6 meses, capaz que lo podría haber hecho antes pero fue ahora que me animé.

 Contame sobre tu relación con el surf.

Increíblemente es más o menos de la misma época. Yo empecé a surfear a los 12 o 13 años. Mis abuelos tienen casa en La Paloma, y desde que nací voy ahí con mi familia. Siempre bajábamos en Corumbá, era medio difícil que no salga surfista (risas). Primero me acuerdo que mi viejo se había comprado un body bueno, y se lo empecé a agarrar y tirarme. En un momento me paraba en el body y mi vieja dijo «bueno ta´’, vamos a comprarle una tabla».  Y ahí con 12 años me compraron mi primera tabla, una raglan usada, y no he parado. Ya son más de 20 años.

Bruno metiendo un techito en Lobitos, Perú. Foto: archivo personal.

¿Siempre te tirás en La Paloma?

Es donde más me tiro, aunque últimamente no tanto. Después de la vida de adulto cambia, todo. Antes me iba todo el verano a la paloma. Todo enero, en febrero todo lo que podía, y si no tenía exámenes iba un par de semanas en marzo y me partía la boca. Ahora de grande voy a donde puedo siempre que puedo. Vivo acá (Montevideo), me encantaría en algún momento irme a vivir afuera, es algo que tengo en mis planes desde que soy chico. Pero bueno, la música tira bastante, y estar acá es una ventaja. Yo creo que lo voy a terminar haciendo, en algún momento donde pueda ser totalmente remoto mi trabajo. Estoy para hacerlo porque te cambia la vida poder tirarte todos los días, es otra cosa. Cuando estoy afuera varios días y mis amigos están acá, hay días que surfeo y ellos ni siquiera se enteran. No está en los pronósticos que de repente rescatás un medio metrito en algún lugar ahí, solo.