09 May, 2024
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Santiago Madrid: «Planeo que mi hijo pueda nutrirse de todo lo lindo que tiene el surf»

 

Santiago Madrid volvió este verano a vivir a Punta del Este, luego de un 2017 transformador: fue padre de Silvestre, abrió su marca Coral Negro y trabajó como diseñador gráfico mientras vivía en Córdoba (ARG) para «no pensar todo el día en surf». Hoy disfruta de la familia que formó junto a su mujer María y se concentra como nunca en las olas: «Quiero llevar mis maniobras al límite, romper los esquemas», explica. Nada mejor que las fotos acuáticas de JP Malcon para esta nota (imperdible) con uno de los surfistas radicales de Uruguay.

 

Santiago aprovecha las mañanas para disfrutar en el mar. Foto: Juan Pablo Malcon

 

Contanos de tu presente surfístico…

Me siento muy bien, cómodo, mucho más seguro que antes, que era una de mis metas: agarrar buen ritmo y poder mantenerlo. Se que he tenido mis altos y bajos. Si bien he perdido mi main sponsor, que quieras o no era una motivación importante por las oportunidades que me daba, he tenido una motivación aún más grande, la cual es mi hijo. Es una fuerza sobrenatural que te da todo el día energía, te motiva a llegar a más, a ser mejor, a tener paciencia. Estoy volcando todo esto de ser padre a mi vida y aprendiendo de todo esto. Se que mi surfing sigue evolucionando y eso me mantiene motivado.

¿Cómo arrancó el año a nivel local?

Tuve un arranque del año bueno para lo que había sido el año pasado mío, en el cual estuve un poco alejado de las olas. Me maté entrenando y le puse todo el huevo para estar de nuevo en mi nivel. Cometí un par de errores en las etapas de la USU y me costaron no llegar al podio (está 7° luego de dos etapas USU). Sigo trabajando en esos detalles, para poder representar a mi país, que es lo que más amo.

¿Pensás que el hecho de ser padre cambió tu visión del surf?

El surfing ha pasado a otro plano, pero a la vez no, porque es mi vida y no lo voy a dejar nunca de hacer. Me gusta la competencia y voy a seguir metiéndole con todo para estar arriba y crecer en mi surfing.

 

Los ojos fijos en la próxima sección: marzo ha bendecido las costas de Uruguay con olas perfectas. Foto: Juan Pablo Malcon

 

¿Qué se siente estar de nuevo en casa?

Uno se siente feliz y completo, con la familia, los amigos, el entorno, la naturaleza en la que me crié. Volver a estar cerca del mar es lo que más feliz me hace, después de mi familia.

¿Cómo han estado las olas?

Al principio del año estuvo bastante crítico. Por suerte marzo ha sido increíble, las sesiones que hemos tenido: llenas de tubos, hace años que no pegaba tantos tubos seguidos en Punta del Este. Sin duda es uno de los mejores marzos de mi vida. ¡Buenos swells y buenos vientos!

El año pasado fue un año atípico, porque estuviste un poco alejado del mar y te transformaste en papá de Silvestre: ¿cómo viviste todas estas emociones?

No fue un año fácil. Pero sabiendo que íbamos a dar vida a un nuevo ser, todo se puede y estar alejado del mar si es por mi hijo, lo volvería a hacer. Fue difícil, al no ver el horizonte me traía una inquietud grande. Algunas veces me venía una ansiedad terrible, pero hoy viendo a mi hijo y la felicidad de mi mujer, no me puedo quejar. Soy el padre más feliz de la tierra, no puedo pedir más. Esto me hizo valorar lo que tengo ahora, aprovechar el mar al máximo.

 

 

¿Qué actividades hacías?

Para combatir la falta de surfing, me concentré en el laburo, en Córdoba me conseguí un trabajo en una agencia de diseño gráfico y después me puse a estudiar joyería, tapando huecos y alivianando la mente, para no estar pensando tanto en surfing.

¿En qué te cambió la vida ser padre y formar una familia?

Mi vida sigue siendo la misma. Con mi mujer, luego del nacimiento de Silvestre, hemos tratado de seguir haciendo lo que nos gusta. Si es cierto que la familia te requiere tiempo y paciencia y eso nadie te lo enseña, pero lo vas aprendiendo a medida que pasa el tiempo. Lo más importante es aceptar que uno es padre, que tiene un hijo y lo que eso significa. Yo sigo haciendo mi vida diaria, es simplemente amoldar un poco y organizar las cosas para que todo siga vibrando como uno quiere.

¿Cómo es un día en la vida de Santiago Madrid?

Me levanto temprano, a eso de las 5:30/6:00 ya estoy armando el mate. Si Silvestre se levantó, lo agarro, lo cambio, lo trato de dormir para alivianarle el peso a María y que descanse un poco más. Desayuno, y si hay olas me voy a surfear. La mañana es el momento sagrado que yo elijo para hacer lo que me gusta: surfear. A eso de media mañana vuelvo y cambio roles con María. Luego almorzamos juntos y por la tarde me pongo a trabajar con Coral Negro. A veces bajamos a la playa. Los días que no tengo surfing entreno y también busco fósiles.

 

Fanning, Florence, Knox, Reynolds, algunas de las influencias de Santiago. Foto: Juan Pablo Malcon

 

¿Planeas que Silvestre sea surfista?

Si claro, como padre surfista planeo que mi hijo pueda nutrirse de todo lo lindo que tiene este deporte. No lo voy a forzar, pero lo voy a ir llevando por el camino de la naturaleza, de respetar y compartir. Creo que el surfing tiene todo esto, y el plus que tiene es que ir a surfear es meditar, conectarse con uno mismo y la madre tierra: lo mejor de lo mejor.

A tu familia le gusta mucho viajar: ¿tienen algo pensado para este año?

Silvestre es chiquito, pero pensamos que no hay que estancarse por el motivo que sea, estamos viendo de ir a Perú en abril a comprar piedras para Coral Negro. Capaz que llevo la tabla. Después planeamos estar por acá el resto del año, creciendo como familia.

¿Tenés ganas de volver a competir en otros países?

A mi me gusta competir, porque me ayuda a dar lo mejor de mí y estar enfocado en algo. Lograr objetivos: yo sigo entrenando como si estuviera compitiendo internacionalmente y sigo enfocado de la misma manera. Si se da la oportunidad, sin duda me anoto.

 

¡Manos arriba! Foto: Juan Pablo Malcon

 

Sabemos que andás con el proyecto Coral Negro, recolectando fósiles que luego usas en tus piezas, ¿cómo venís con esto? ¿Cuándo comenzó?

Comenzó en Córdoba el año pasado. Quería llevar mi arte a otra disciplina, trabajando los metales finos. Vi la oportunidad de estudiar y surgió todo. Siempre tratando de conectar lo que hago con el mar y darle una estética única. Estoy contento porque me parece interesante, me ha dado buenos resultados y la gente lo aceptó. Muchos me han felicitado, me dicen que les gusta lo que hago y quiero seguir trabajando y creando.

¿En qué te inspirás? 

Me inspiro en lo que mi alma pide en el momento. Lo que a mi me gusta, la esencia de adentro de uno. Soy un loco que me gusta mucho la vida antigua, los indios, las etnias y mi proyecto apunta un poco a ese lado. Armar cosas como lo hacían antiguas civilizaciones: con poco y que cada pieza tenga un valor tan importante para uno, como lo es su alma.

 

 

¿Y las pinturas?

Las tengo un poco abandonadas. Empecé a priorizar ciertas cosas…igual me estoy armando mi taller de a poquito y cuando tenga todo desparramado como a mi me gusta, pienso volver a tirar unas líneas y colores al lienzo.

¿Cómo crees que el arte se relaciona con el surf?

Lo que busco es poder ser super radical, suelto. Siempre trato de pulir y llevar las maniobras al límite, a poder romper los esquemas, buscar la innovación, conectar una maniobra con la otra de forma singular, o hacer una maniobra en un lugar donde no sería normal hacerla.

¿Cuál es el estilo que te atrae?

Creo que Dane Reynolds, Clay Marzo, JJ Florence…hay varios surfistas…Tom Curren, Taylor Knox, Fanning, que me muestra confianza, solidez. De todos rescato algo.

 

Foto: Juan Pablo Malcon

 

Si pudieras cambiar algunas cosas del surfing uruguayo, ¿cuáles serían?

La falta de apoyo. Poder hacer campeonatos durante todo el año, para mantener al surfista uruguayo comprometido con el deporte y motivado, que no sea una cosa tan corta el circuito nacional. Poder competir todo el año, un evento cada dos meses sería increible. Después, no cambiaría mucho más: el surfing uruguayo me encanta, hay buenos surfistas, buena onda.

¿Qué música te llama la atención estos días?

No soy de enfocarme en un solo género o un par. Tengo momentos que escucho salsa, reggae, me gusta el rock, el folk, a veces escucho folclore cuando me levanto. Depende las emociones del momento o lo que mi mente quiera sentir, se lo doy. A veces me agarra la locura y escucho metal, o grunge. Me gusta mucho Tul. Lo instrumental me atrae, Bo Williams. Jimi Hendrix, Eric Clapton, B.B King, Jimmy Page, Keith Richards. Me encanta la música y no tengo favoritos.

 

Indonesia: el destino preferido de Santiago en el mundo. Foto: archivo personal

 

Has viajado mucho, ¿a cuál lugar volverías sin dudarlo y a cuál irías por primera vez?

A Indonesia. Un lugar pendiente es Hawaii, ahí tengo que ir, ¡urgente!

¿Qué pensás del surfing en piscinas, la ola de Kelly es la mejor?

No me motiva mucho. Han roto con la esencia de las olas del surfing. La ola es igual, ya sabés lo que va a hacer a todo momento. Eso no es surfing del todo, a mi entender. Creo que la de Kelly es la mejor ola artificial, por el momento.

 

Santiago prefiere las olas naturales a las creadas por el hombre. Foto: Juan Pablo Malcon

 

***Ping pong final***

¿Cómo nos va en Rusia 2018? Esperemos que bien…

¿Dios existe? Sí, adentro nuestro.

¿Quién se lleva el CT 2018? En damas y hombres: JJ Florence y Courtney Conlogue.

Tu lugar en el mundo: Cabo Polonio, armonía con la naturaleza.

Si pudieras viajar atrás en el tiempo, a qué época y lugar irías: A la época donde los indígenas vivían en paz y armonía con la madre tierra.

Una frase de cabecera: «Hay que quererse a uno mismo para querer a los demás».

Una mujer salvaje: Las amazonas.

Un surfista uruguayo y uno internacional: Josepe Pereira, JJ Florence.

¿Existe la suerte? No.

Un deportista uruguayo que te inspire: Suárez.