03 May, 2024
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Prácticas de prevención acuática con niños:  “Todos al agua”

 “Todos al agua” comenzó como una idea hace ya dos décadas, forjando con el tiempo una iniciativa pionera en su tipo, que busca transmitir prácticas de prevención acuática entre los más chicos.

 

Un proyecto que se desarrolla a pulmón y brazadas, tendiendo una red de programas en playas y piscinas públicas de Montevideo, orientados a hacer descubrir y experimentar las competencias propias; esos recursos que cada uno tiene para salir a flote en una situación aunque no sepa nadar, además de enseñar algunos rasgos y riesgos de las condiciones acuáticas, las precauciones a tener, cómo reaccionar.

 

 

Hoy es una realidad, gracias al impulso de Gustavo Fungi, secretario general de la ANGU (Asociación Nacional de Guardavidas del Uruguay) y uno de los principales ideólogos del proyecto; así como por la colaboración especial de la Prof. Ana Ortiz, – responsable de la investigación y horas de tiempo personal dedicadas al desarrollo de una metodología-; Gvs. Prof. Fiorela Baccino, Gvs. Guillermo Carranza, Prof. Fernando «La chancha» Iribarren, Prof. «Cabeza» Olmedo, Gvs. Armando Martinez, Prof. Alexandro Troche y a nivel ANGU, institución que sostiene la escuela conceptualmente hablando, Prof. Nelson Clavera, Dr. Diego Gonzalez, entre otros.

 

 

Charlamos sobre  “Todos al agua” y sus programas con Gustavo Fungi, guardavidas desde los 80’, quien desde hace años trabaja en la Playa Honda de Montevideo, donde debe velar por el cuidado de bañistas, nadadores o surfistas de todas las edades.

 

Parte del trabajo es mantener la alerta y siempre observar el mar, acercarse a padres y jóvenes, indicarles zonas de riesgo y recomendaciones de prevención, o directamente lanzarse a rescatar.

 

Esa experiencia de trabajar frente al mar y vivir de cerca el drama de los ahogamientos, sabiendo de primera mano cuál es la población más afectada, lo llevó a reflexionar y querer hacer algo…

 

 

Programas de “Todos al Agua” 

 

  • Guardavidas Junior – va durante los 9 meses de clases
  • Escuela de mar – inicia cuando los guardavidas bajan a la playa y se extiende durante los 2 meses de verano
  • Salvamento acuático deportivo
  • Formación permanente, a través de cursos y congresos previo a la temporada
  • Soñando sobre las olas, programa de surfing adaptado creado por el surfista de Santos, Cisco Araña, un aporte que hizo el Prof. Ariel González

 

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Facebook de Guardavidas Junior

 

¿Cómo surgió esa sensibilidad, voluntad e interés por enseñar prácticas de precaución acuática a niños?

 

Tengo que referirme a mi padre, que era salvavidas y obrero portuario. Durante los 70’, en época de dictadura, fueron compañeros con Ariel González, a quien conocí a los 10 años, cuando ya me hablaba de Hawái, de prácticas ancestrales, del animal humano y su juego e interacción con su medio acuático, una concepción tan profunda y humanista…

 

Mi viejo tenía un interés particular por los chicos que no acceden a educación acuática. Y eso que en aquella época, la Comisión Nacional de Educación física iba a las playas para enseñar a nadar.

 

¿Por qué no acceden? Por varios motivos. Primero, por un tema económico. Además, las piscinas privadas, si las ves en un mapeo que hicimos, están todas al sur de Montevideo. Al norte, hay muy poco y sólo 3 piscinas públicas: Cerro, Paso Molino e Ituzaingó.  Hablando sólo de Montevideo y ahora.

 

 

Esa situación, desde temprano, despertó mi interés. Nosotros somos 4 hermanos y fui el único que pudo acceder a un club para aprender a nadar.

 

Cuando surge el curso de guardavidas en el año 82’, me presento por una necesidad laboral. No tenía claro cómo sería, más allá de ver a mi viejo, que se iba a la playa todos los días. Yo tenía otros intereses, pero era un buen laburo, para un tipo playero, estar en la playa…

 

Pero los años de playa me hicieron ver que quienes se ahogan o incurren en situación de riesgo son, en general, los más jóvenes y en su mayoría, de clases bajas. Ahí me cayó el clic de que estaba faltando educación para eso. Empecé a pensarlo luego de mucho tiempo de ser guardavidas. La primera etapa del proyecto fue a mediados del 90’.

 

¿Te encontraste con otros antecedentes de prácticas de prevención acuática?

 

Una vez que empecé a pensar el proyecto, conocí la escuela de natación del “Bebe” Badano, salido de la primera generación de salvavidas, que en el año 38 ya tenía una escuela de natación en la Playa Brava de Malvín, junto a otro salvavidas y también profesor de educación física.

 

 

 

La primera experiencia de Escuela de Mar nace cuando se formó la Asociación Nacional de Guardavidas. En ese momento, conocí proyectos de compañeros míos, un poco mayores, de La Paloma, Rocha, que me hablaban de una escuela de mar, pero no bajado a tierra, aún era una idea.

 

Tomé en cuenta algunas cosas de ellos, otras de compañeros que se incorporaron al proyecto cuando inició y, fundamentalmente, de la práctica. La propia práctica nos dio contenidos y una metodología.  “Todos al agua” tiene una metodología propia y uruguaya. No es igual a lo que hay en otros programas a nivel regional o mundial. Se relaciona, particularmente, con la idiosincrasia montevideana.

 

¿Eso en qué sentido?

 

En el más literal. Uno de los programas trabaja, particularmente, con sextos años de escuelas públicas; escuelas de contexto crítico y normales. Y eso recoge qué es lo que hacen los gurises, dónde andan.

 

Muchos chiquilines de las escuelas de contexto crítico no vienen a la playa, se bañan en la cantera, donde no hay vigilancia, donde también se ahogan. Ahí, entonces, hay que preparar contenidos que tengan que ver con ellos. No vas a hablarles de la piscina.

 

Otro aspecto particular de Uruguay es que se logró, además, hacerlo en co-gestión; es decir, profesores de educación física de la Secretaría Nacional del Deporte (el caso de Ana Ortiz), trabajando en comunión con los guardavidas montevideanos de la Intendencia.

 

Busca a niños de sextos años, en primer lugar, porque son las franjas etarias más comprometidas. Segundo, porque su madurez motriz e intelectual está a punto para sacar, en pocas clases, ciertos aspectos de prevención que son relevantes.  De 10 a 14 años, principal causa de muerte por lesiones no intencionales, el ahogamiento.

 

 

Pero no existe un censo de cuántos niños de 11 años, por ejemplo, no saben nadar en Uruguay. No existen datos.

 

¿Por qué no hay datos de eso?

 

Si no hay previo estudio y medición…  Hasta este 2018, no había números oficiales de cuántas personas fallecidas por ahogamiento había por temporada en todo el territorio.

 

Para que haya cruzamiento de datos, las instituciones relacionadas al ahogamiento tienen que estar sentadas en una mesa. No sólo guardavidas, rescatistas de la costa, de la navegación, las emergencias móviles y CTIs, bomberos, ADES, Prefectura Nacional Naval, Secretaría del Deporte, Ministerio de Salud, la asociación de pediatras.  Y además de estar sentados en una mesa, tener un idioma en común.

 

Recién este año se pudo sentar a todas las instituciones en una mesa y generar un registro para los tres estadios: el nivel de rescatistas, emergencias y CTI. Es un gran avance, tenemos un sistema nacional de registro, pero ahora viene la otra pata: implementarlo.

 

El tema recién inicia, a través de la MISA (Mesa Interinstitucional de la Seguridad Acuática), convocada por el MSP (Ministerio de Salud Pública). Si bien es una ambición muy antigua de la ANGU, tomó forma con el trigésimo primer congreso de pediatría, en octubre de 2017, donde los médicos pediatras se dieron cuenta de que estaba pasando algo.

 

Fundamentalmente, ellos miraban la franja de 1 a 4, en que también la principal causa de muerte es el ahogamiento, aunque por causas diferentes que los de 10 a 14. Entonces, ellos empezaron a registrar, pidieron datos al MSP, los procesaron y se dieron cuenta: de 1 a 4 y de 10 a 14, principal causa de muerte, el ahogamiento.

 

Eso lo escucha el Dr. Jorge Quian, subsecretario del MSP, entonces ahí convoca. Que el estado realmente lo asuma como una responsabilidad, recién está arrancando. Pero asumirlo es dedicarle financiamiento y recursos humanos, sino es una declaratoria.

 

Esa es la etapa que viene, que organismos públicos como la Intendencia y el MSP, la Prefectura y Bomberos asignen recursos humanos y financiamiento, para capacitar a funcionarios en este nuevo paradigma.

 

Hablamos de educación. En Uruguay, por ejemplo, no hay formación de rescate en aguas rápidas, apenas un cursillo de bomberos en algún momento. Con las inundaciones que tenemos, ¿no será importante?

 

¿Qué tipo de prácticas de prevención acuática son las que difunden y ponen en acción en “Todos al agua?


Uno de los programas particularmente dirigidos a la prevención del ahogamiento es el de Guardavida Junior, que ataca puntualmente una franja etaria, los niños de sextos años, quienes pronto irán a la playa o a la cantera solos.

 

Se les enseña en 18 clases en pileta y 2 talleres sobre prevención, autorescate, el ayudar a ser rescatado y fundamentalmente, la cadena de supervivencia. El primer eslabón es el 90 % de todo, que es la prevención.

 

 

Nosotros trabajamos mucho con el diálogo, el juego, la experimentación.  Por ejemplo, situaciones. Estamos en un campamento, uno de los amigos se levanta más temprano y decide subir a la canoa, pero se cae y el bote se hunde por x motivo. No hay elemento flotante. De repente, otro compañero despierta y lo ve. ¿Qué hace?.

 

Lo primero que te dicen es: “Me tiro al agua y lo saco”. Entonces ahí probamos a ver si lo podrían sacar y se dan cuenta de que no es fácil. Por algo, se prepara un rescatista.  

 

¿Pero puedo hacer algo? Sí. Es el segundo eslabón, reconocer una situación de riesgo y buscar ayuda.

 

Este programa se complementa, a su vez, con otros talleres. Uno es Dinámica Costera, enfocado a conocer el comportamiento de las aguas abiertas, la relación entre la energía eólica, la superficie del mar, las corrientes, las corriente de retorno – responsables del 80 % de las muertes en playa a nivel mundial-.

 

En ese taller se construye una maqueta, con la playa, los banderines y generamos vientos. O construimos una corriente de retorno en la pileta, a través del movimiento con tablas, para que las experimenten.

 

 

 

Además, la dinámica de Guardavidas Junior opera como un disparador y permite ahondar en otros temas. Un docente nos contó que trabajaron Arquímedes; por ejemplo, si trabajás flotación, que es más importante que nadar, porque flotando podés aguantar hasta que llegue la ayuda.

 

 

El otro taller es Primeros Auxilios, donde se aplica la cadena de supervivencia pero en temas en el hogar. Por ejemplo, encontrar una persona adulta inconsciente, ¿qué hacer? Existe una cadena también para eso. Hay protocolos y se los enseñamos. Que exista un protocolo es lo más inteligente, no tenés que pensarlo, tenés que reaccionar y ejecutarlo

 

No cabe la del superhéroe.

 

No. No. No.

 

Y además, les damos nociones sobre primeros auxilios. Los chiquilines comienzan a manejar el concepto de que si hay una herida, o hemorragia, cómo taparla, usando guantes, gasas. Hay fotos donde aparecen ellos todos vendados.

 

Es que para ellos, además de aprender, seguramente sea una gran diversión…

 

 

 

Es un juego. Van a jugar y aprenden sobre educación en seguridad acuática. ¿Qué es la seguridad acuática? Te leo una definición, que es absolutamente exacta, hecha por eminencias a nivel mundial:

 

“Es un concepto que incluye competencias de prevención de ahogamiento, como ser habilidades acuáticas, conocimiento de aguas abiertas y confinadas, reconocimiento de la fragilidad humana ante las fuerzas de la naturaleza y la habilidad de hacer juicios correctos”.

(Basada en la conceptualización realizada en la World Conference on drowning prevention – Vietnam, 2011)

 

Los conceptos de “sobrestimar” mis capacidades y “subestimar” el mar surgieron de una investigación que hizo Kevin Moran en Nueva Zelanda, en donde se refiere a subestimar las condiciones medio ambientales, del mar, y sobreestimar mis condiciones como nadador. Eso es letal.  Se juntan las dos y sos boleta.

 

Están muy bien utilizados en ese contexto ambos términos, subestimar y sobreestimar, porque ahí no hacés juicios críticos correctos. 

 

También atrapamos a los adolescentes, en el buen sentido, con prácticas de salvamento acuático deportivo; por ejemplo, con rescates con tablón o nada-surf en aguas abiertas, o nados con obstáculos en pileta. Ese programa, Salvamento acuático deportivo, se hace todos los años con chiquilines del Cerro, del oeste de Montevideo, Maldonado, Ituzaingó, Paso Molino, 2 encuentros en invierno y 2 en verano.

 

Otro programa es Soñando sobre las olas, trabajando con personas discapacitadas. Consideramos que el medio ambiente no sólo es agua y arena, sino también cada uno de nosotros como tales, con virtudes y defectos, capacidades y discapacidades. Hoy tenemos surfistas, surfeando como ellos pueden, que arrancaron sin nadar 25 metros en la piscina y hoy te hacen 500.

 

¿Cuántos liceos participan del proyecto?

 

Algunas escuelas están participando de una experiencia piloto del Municipio E, con sextos años; por ejemplo, la Escuela Experimental de Malvín, la escuela de Portones, la de Av. Italia y Segovia, la de Camino Carrasco y Zum Felde, Japón de Buceo, escuela de SADIL.

 

 

Y 2 clubes deportivos están colaborando: la de la Asociación Cristiana de Portones y el Club Malvín. En contraprestación con la Intendencia, ceden espacio de sus instalaciones acuáticas.

 

Cuando investigamos en qué escuelas podíamos intervenir, fue un proceso de un tiempo. Queríamos que se potencie la educación entre pares: nada mejor que enseñarle al niño para que después le enseñe al otro.

 

 

Pero descubrimos que la mejor manera de instaurarlo era de modo curricular en la escuela. Si es después de hora, lidiás con si van o no, dependiendo de la cultura acuática de los padres, que muchas veces están por fuera, porque ellos mismos no la tuvieron, entonces los gurises no iban.

 

También descubrimos que algunas escuelas comenzaron a interesarse y también profesores de Ed. Física. Aunque a veces, el propio profesor carga con su propio paradigma, creyendo que la educación acuática es crol, pecho y espalda. Y eso es erróneo.

 

 

 

 

Que un niño vaya cada 2 semanas a aprender crol, con 8 años, me gustaría ver los resultados. Quiero evaluación. Los proyectos sin evaluación no sé qué resultados tiene. El nuestro se evalúa todos los años, con números, datos y respuestas de maestros y niños. Tiene que ser serio.

 

Hoy algunas escuelas se enteran de la propuesta y nos llaman. Estamos con la limitante de que no tenemos suficientes recursos humanos, pero sobre todo no tenemos instalaciones acuáticas. El Municipio E no tiene públicas.

 

Esa metodología que desarrollaron, ¿en qué consiste?

 

Se trata de un descubrimiento guiado.Una cosa es que te diga el movimiento mecánico y lo corrija, como hace un técnico de natación; otra distinta, que genere un entorno para que vos produzcas ese movimiento y lo descubras.

 

 

“¿Cómo hacés para…? ¿Cómo es mejor?” Y el tipo va experimentando. Los gurises terminan nadando autónomamente en una piscina. La prueba final no es de evaluación, sino que para que tengas conciencia. Por ejemplo, bueno ahora vamos a nadar, 25, 50, 100 o 200. Vos elegís. “¿Sabés cuánto queda de acá a la isla?” 400 metros y en aguas abiertas. Ahí estás trabajando sobre la sobrevaloración. No es lo mismo nadar en la piscina con la cabeza adentro del agua, que en aguas abiertas, donde tenés que sacar la cabeza para orientarte.

 

 

Pero no enseñamos crol, pecho y espalda. El mando directo funciona en algunas etapas, quizá en la parte deportiva. Pero en otras áreas es mejor que el niño lo descubra por sí mismo, orientándolo.

 

Además, si corregís, partís de que está mal. Es otro paradigma. Partís del error: “Ah porque la brazada es larga y el codo es alto”. Sí, en técnica deportiva. Pero con el niño estás buscando que él logre la conexión con el medio acuático. Es una formación práctica y directa a la prevención del ahogamiento.

 

Las competencias no se refieren a quién nada más rápido o quién tiene mejor brazada de crol, sino que a los recursos propios, de uno, que ni los pensás, son tus competencias. Uno es competente a la hora de flotar y si me canso, hago la plancha y todo eso pasa a ser tuyo; o me doy vuelta y sigo dando patada espalda. No tenés por qué nadar crol 200 metros.

 

 

 

No es algo estético ni deportivo.

 

No, no es deportivo. Es otro concepto.

 

Cuando me conecto con un niño, busco conectar con ese niño que yo fui, sabiendo que no lo puedo quemar con el agua, tengo que encontrar un vínculo.

 

En entrevista con Salvaje, Ariel valoró que la natación debería ser igual de obligatoria que otras materias, ¿es imposible?

 

Hoy es inviable y menos sin el compromiso de quienes van a gobernar. Hay que invertir no sólo en recursos humanos, sino en piscinas. Si te digo que en Montevideo hay sólo 3…

 

Hay otras en el interior, piscinas en Rivera o Paysandú. El proyecto de Guardavidas Junior pretende que en cada piscina pública haya un guardavida junior. Estamos pensándolo, hay que ver cómo, capacitar a los profesores, tejer una red.

 

 

Estamos trabajando en este momento con Plan Ceibal, para poder conectar a todo el país, pero también para que chiquilines puedan trabajar y recabar su conocimiento, que el maestro pueda comunicar contenidos relacionados o contar con un glosario relacionado a seguridad acuática. Son ideas, que veremos cómo se viabiliza.

 

 

¿Qué balances hacés hoy, con el diario del lunes, de «Todos al agua

 

Ya son 18 años por lo menos de recorrido de la Escuela de Mar. Su sede es en Playa Honda, el viejo parador, sede de la escuela y de la Asociación Nacional de Guardavidas, porque es un proyecto de la ANGU.

 

La Intendencia de Montevideo nos dio un comodato precario por 2 años y es maravilloso tener ese local, por lo que representa para los guardavidas, porque es muy práctico por donde se encuentra. 

 

Pero el local está muy mal, se llueve, cerramientos muy precarios, no tenemos electricidad. Los gastos fijos van por cuenta de la ANGU. No sólo el proyecto lo escribimos nosotros, sino que además tenemos que pagar, cuando podamos, luz, agua, teléfono, internet.

 

Necesitamos materiales, te duran 2 veranos, hasta ahora venimos haciendo malabares. Estamos tratando de entablar vínculos con empresas. 

 

Hasta ahora, todo son horas hombre de la ANGU. Se tiene que involucrar el Estado. No vale decir «yo apoyo”. Que suba para arriba y presupuesto.