03 May, 2024
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5 usos y beneficios de la lavanda, avalados por la ciencia

La lavanda ha sido cultivada en diferentes regiones del globo,  utilizándose su aceite esencial en cosmética, perfumería o para masajes, siendo una planta muy codiciada por su aspecto, color y fragancia, pero sobre todo gracias a sus propiedades medicinales y otras varias virtudes naturales…

 

 

 

 

Nativa de las áreas montañosas del Mediterráneo, la lavanda crece en hábitats soleados y pedregosos. Además de adornar jardines y perfumar hogares en todo el mundo, su aceite esencial se usa para una gran diversidad de afecciones.

 

Existen múltiples investigaciones acerca de los beneficios de la lavanda, que aportan evidencia de su capacidad contra el insomnio, la ansiedad o para ciertos dolores post-operatorios; su potencial para la alopecia (pérdida de cabello), dolores de cabeza, ciertas lesiones en la piel, resfríos y catarros, así como por sus propiedades antibacterianas y antivirales.

 

Pese a sus probados efectos y bondades, se recuerda que el empleo de las plantas medicinales no deben reemplazar los medicamentos tradicionales, así como la necesidad de informarse sobre sus posibles riesgos y contraindicaciones, su interacción con determinados fármacos, los modos exactos de ingesta y dosis, etc.

 

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Baja la ansiedad y mejora los estados de ánimo

 

Ya en el siglo XVII, John Parkinson, un boticario de Londres, escribía que la lavanda es “especialmente buena para todos los dolores y penas de la cabeza y el cerebro».

 

 

 

Un estudio de Tailandia comprobó los efectos relajantes de la inhalación de aceite de lavanda, concluyendo que la actividad de las ondas cerebrales, la respuesta del sistema nervioso autónomo y los estados de ánimo se vieron afectados, pudiendo ser efectivo para aliviar la depresión o estrés.

 

Evaluando el impacto de los aceites esenciales de naranja y lavanda en pacientes dentales, la Universidad Clínica de Neurobiología de Austria reveló que esos aromas mejoraron la ansiedad y estado de ánimo en personas que esperaban tratamiento dental.

 

Otra investigación de la Universidad de Viena, Austria, destacó que cierto preparado de aceite de lavanda tiene un “efecto ansiolítico clínicamente significativo y alivia el sueño perturbado relacionado con la ansiedad”.

 

Estudiando el efecto de esa misma preparación de aceite de lavanda (Silexan), en comparación con el placebo y la paroxetina, otro estudio demostró su eficacia ansiolítica y buena tolerancia (por vía oral) en pacientes con trastornos de ansiedad generalizada.

 

Contra el insomnio

 

En algunas casas las almohadas se llenaban de flores de lavanda, porque se creía que podían ayudar a conciliar el sueño. Era un remedio casero, maternal, típico de diferentes lugares, pero que también ha sido estudiado a nivel académico.

 

 

 

 

La Universidad de Southampton, Inglaterra analizó los patrones de sueño de unos 10 adultos, a quienes dispuso a dormir en 2 diferentes habitaciones durante una semana; en una emanaba aceite esencial de lavanda, en la otra de almendras dulces. Se concluyó que la calidad del sueño fue un 20% mejor cuando estaban bajo los efectos de la lavanda.

 

Por medio de escáner cerebral, investigadores de la Universidad Wesleyan monitorearon los ciclos de sueño de un grupo de hombres y mujeres, constatando que dormían más profundamente tras oler aceite de lavanda. Sus participantes testimoniaron, además, sentirse más enérgicos y descansados al otro día.

 

Tras la inhalación de lavanda (20 minutos cada vez, 2 veces por semana, durante 12 semanas y un total de 24 veces) por parte de 67 mujeres de edad media con insomnio, un estudio de China también demostró que la aromaterapia con lavanda puede mejorar la calidad del sueño.

 

 

 

Cicatrizante

 

En 1910 el químico francés y padre de la aromaterapia, René Gattefossé, descubrió otro de los beneficios de la lavanda. Trabajando en su laboratorio, un día se quemó su mano en medio de un experimento. Enseguida la sumergió en el recipiente con líquido más cercano, el cual contenía aceite esencial de lavanda.

 

Pronto, se sorprendió con la rapidez que se curó su quemadura, quedando muy pocas cicatrices.

 

Gracias a sus propiedades antisépticas, Gattefossé experimentó con el uso de aceites de lavanda, tomillo o limón en heridas de soldados en los hospitales militares durante la Primera Guerra Mundial.

 

 

 

Post-operaciones

 

Con el fin de determinar el efecto del aceite esencial de lavanda sobre la gravedad del dolor después de la cesárea, se realizó en Irán un ensayo clínico en 80 pacientes tras la operación.

 

La utilización de lavanda disminuyó sustancialmente la necesidad de tomar analgésicos, siendo recomendable “usar aromaterapia además de otros medicamentos para reducir el dolor”.

 

Comparando la eficacia analgésica de la aromaterapia posoperatoria con aceite de lavanda y oxígeno, investigadores del Departamento de Anestesiología de Nueva York llevaron a cabo un estudio entre 50 pacientes sometidas a cirugía de biopsia de mama.

 

25 recibieron oxígeno suplementado con aceite lavanda, en tanto el resto sólo oxígeno. Se reportó un mejor control de dolor entre los pacientes que les tocó la lavanda.

 

 

 

Control de plagas

 

La lavanda sirve incluso para ahuyentar hormigas, pulgones, pulgas o a los insoportables mosquitos y moscas. Se usan sus hojas y flores secas, colocadas dentro de bolsitas, o directo en el ropero para evitar las polillas. Una infusión de sus flores también puede actuar como repelente de insectos.