Colchón de Verdes: la pasión por descubrir los mejores spots gastronómicos de Uruguay y el mundo
Elianne Varscher tiene una pasión con la que todos nos podemos identificar: comer. Para compartir sus experiencias con el mundo creó Colchón de Verdes, una plataforma que se dedica a descubrir y compartir los mejores spots gastronómicos y que ya cuenta con 141.297 seguidores en Facebook y 16.400 seguidores en Instagram. Salvaje charló con ella para conocer más sobre su emprendimiento:
Amorin Provisión. Foto: Sabrina Srur
¿Qué es lo que te apasiona?
Me fascina conocer gente, conocer lugares y vivir experiencias distintas. Me apasiona comer y descubrir nuevos sabores. Entender parte del mundo a través de la gastronomía y conectar con culturas y personas a través de ella también se vuelve hoy un objetivo en mi vida, nunca deja de divertirme y sorprenderme.
La comida une a los seres humanos desde siempre, en cualquier lugar del mundo, y toda historia de vida conecta en algún punto con este elemento tan fundamental en la vida de todos.
Colchón De Verdes vibra un poco de todo eso.
¿Cómo surgió la idea de crear Colchón de Verdes?
Todo este tema del mundo de la gastronomía es algo que me divierte muchísimo y toda mi vida me encantó salir a comer, conocer lugares y tener las últimas noticias sobre lo que está pasando a nivel gastronómico acá y en otros lugares también.
Empecé a ver que podía poner esta información en algún lugar concreto y expresar y comunicar lo que yo ya venía haciendo en mi vida.
Esta fue una ventana para poner todo ese conocimiento y expandirlo con el resto de la gente y no solo con mi círculo cercano.
Lima – Perú: Maido. Foto: Sabrina Srur.
¿Por qué elegiste el nombre “Colchón de Verdes”?
El nombre Colchón de Verdes surgió como un chiste. No quería ponerle un nombre que tuviera nada que ver con algo ya estandarizado, con el típico blog de comida. Me causaba mucha gracia que en muchísimos menues de Montevideo, leías cualquier cosa «sobre colchón de verdes»: una milanesa sobre colchón de verdes, unos camarones sobre colchón de verdes, un asado sobre colchón de verdes…
Me pareció un nombre que tenía sentido, que cuadraba con mi persona y así fue que lo elegí. Un nombre divertido.
¿Qué es Colchón de Verdes para vos?
Es una puerta que me permite volcar un montón de pasiones juntas en un solo lugar. Un proyecto que me conecta con otras personas, que me conecta con diversos intereses que tengo, y que me da la oportunidad de comunicar lo que tengo ganas. Me permite producir contenido y generar creatividad a un proyecto que es solo mío. Colchón de Verdes para mí es hoy un emprendimiento personal que quiero muchísimo.
Foc. Foto: Diego Rosenblatt.
¿Qué es lo que más te gusta de Colchón de verdes? ¿Y lo que menos?
No sé si es lo que más, pero de las cosas que más disfruto es el poder compartir esto con mis amigos y con la gente que yo quiero. Me genera mucha felicidad vivir estas experiencias con ellos y que ellos también lo disfruten. Y otra de las cosas que más disfruto es tener un medio donde puedo darle para adelante a la gastronomía uruguaya y todo lo que genera a nivel local.
Lo que menos me gusta es, a veces, el sentir que tengo una presión o exigencia de estar todo el tiempo generando contenido. A veces eso no se siente tan bien, pero trato de sacarle presión al asunto y vivirlo lo mejor posible.
¿A dónde te gustaría llegar con esto?
No lo tengo muy claro. Me gustaría que esto continúe como lo vengo haciendo, la verdad, porque empecé hace un año recién y ya pasaron un montón de cosas. Hay muchas ideas por hacer. Quizás me gustaría viajar más -ya tuve mi primera experiencia- o quizás hacer un programa de televisión, quién sabe.
¿Cómo es el acuerdo con los restaurantes?
Por lo general ellos me escriben, o yo voy por mi cuenta. Por lo general, si abre un restaurante me escriben para que vaya, o, si no hay contacto de ellos hacia mí pero me interesa y alguien me habló de él, voy.
Bar Facal. Foto: Fito Shaw
¿Te parece que hay una buena variedad de opciones gastronómicas en Uruguay?
Yo creo que a nivel de variedad falta, falta mucha cosa. Creo que abrió mucho, en este último tiempo, de lo mismo. Existe un circuito de restaurantes de cocina moderna que siguen una misma onda, un mismo estilo. Mucho de lo que abrió y está de moda hoy tiene influencia de Francis Mallmann y de lo que proyectó en José Ignacio, Punta del Este. El parador La Huella es también un formador constante de profesionales gastronómicos que vuelven hoy a la capital con ganas de abrir cosas.
Por un lado eso. Y por otro lado, se plagó de lugares de sushi y de burgers.
Lo que falta ahora son lugares de comida étnica. Falta comida mexicana, japonesa, falta un buen lugar de ramen, de noodles, un lugar de bagels, un lugar en donde comer un buen pastrami, un lugar de cocina judía… en fin, todo eso.
Si bien estamos mejorando, abrió un lugar de comida india hace poco, hay algún lugar de comida coreana que vale la pena, un mexicano, aún nos falta mucho.
Toledo. Foto: Diego Espósito.
¿Cuál es tu lugar favorito para comer en Montevideo? ¿Y en el mundo?
Voy a decir tres: Toledo, Demorondanga y lo de mi tía Berta.
Y en el mundo te voy a decir dos ciudades en dónde comí muy bien: Lima y Los Ángeles.
¿Algo dulce, algo salado y una bebida?
Arroz con leche y tortilla de papa. La bebida, si es sin alcohol, agua, y si no, un gintonic.
¿Qué cocinás vos?
La verdad es que no cocino mucho, pero últimamente me estoy copando con cosas ricas, frescas y que no me llevan mucho tiempo: tiraditos, ceviches,tartares. Me gusta hacer cosas con pesca fresca y cruda. Además me traje muchos condimientos de Lima, entonces aprovecho a armar cosas con rocoto, ají amarillo y salsa huancaína.
¿Quién es tu mayor referente?
Mi mayor referente es la tía Berta, sin duda alguna.
Burdeos. Foto: Santiago Colinet
