09 May, 2024
Montevideo
22 ° C

Ariel González presenta su nuevo libro ‘Playa Sola’, otra inmersión en los valores y misterios del océano

Referente ineludible e inspirador de todo amante del mar, el Prof. Ariel González Testen acaba de lanzar su nuevo libro ‘Playa Sola’, otra incursión de «Yunga» con el océano como protagonista sagrado de sus páginas, al tiempo que un cálido homenaje a su hijo Sebastián, fallecido en 2014. Salvaje contactó al maestro para conocer un poco más sobre su más reciente creación…

Ariel en sus años mozos

 

Profesor de Educación Física a nivel escolar, liceal, recreativo y universitario, guardavidas y pionero del surfing en Uruguay desde los 60‘, Ariel fue el primero en competir a nivel internacional, saliendo campeón rioplatense a inicios del 70’.

 

Un auténtico mito viviente del deporte, que también fue campeón Federal de Básquetbol en Divisiones Juveniles y Mayores, o campeón Universitario de Atletismo en Disco y Bala, así como una demostración en carne y hueso del amor por el mar, autor de libros hoy emblemáticos como ‘Surfing’ (1986), ‘He’e Nalu’ (1996) o ‘El Espíritu de las Olas’ (2008).

 

El escritor Daniel Mella, hijo de Ariel, describe en la contratapa de ‘Playa sola’:

 

«Hay gente que lo llama Ariel. Otros le dicen Profe o Yunga o Bobby. Mis hermanos y yo le decimos Pá. Desde cierto momento también le decimos Veterano. Parte de nuestra crianza consistió en escuchar sus cuentos sobre surf, empezando por la irrupción casi mágica del surf en su vida cuando todavía era adolescente. En este libro figuran esa historia y muchas otras. Lo que ocurre, leyéndolas, es que una semilla queda plantada. La semilla de la aventura. La semilla del amor por la naturaleza. Muy especialmente por el mar. En particular por las olas, entre las que nos enseñó a jugar.»

 

¿De qué trata tu nuevo libro?

El nombre es «Playa Sola» y reúne memorias, experiencias, fotos, epistolario y diarios de viaje, desde los comienzos en los ’60s hasta el presente.

 

¿Cómo y cuándo surgió tu interés por escribirlo?

 

El libro como tal surge como un homenaje a nuestro hijo Sebastián, fallecido en el 2014. Era un surfista de alma y lo transmitió en su forma de vida, poesía y música. Mucho de nuestra pasión allá por la década de los ’60s. continuaba con él, su entrega al océano, entendimiento y contemplación.

Sentí que si no recordaba lo que vivimos juntos, estaría en deuda con eso intangible que nos habla e inspira. También pensé que sería valioso para estas generaciones de surfistas y las que vendrán. Que puedan percibir el juego en las olas en su esencia más pura, alejada de la contaminación comercial presente.

La posmodernidad ha logrado captar esta virtud lúdica como un objeto más de la producción, cosificando no solo su práctica sino también al surfista. Estamos muy lejos del significado original del juego polinésico he’e nalu, su contenido espiritual, aunado a la cosmovisión de la Ohana. Ambos compartíamos esta visión integradora, sanadora y emancipadora del Océano. El libro intenta comunicar estos valores. Ojalá lo logre.

 

Tu hijo Daniel es un reconocido escritor. ¿Es el editor inevitable de tus textos, o sos de no mostrar nada hasta su publicación?

Nuestros cinco hijos han sido siempre una fuente de inspiración desafiante y removedora. Daniel, en particular, con dos Bartolomé Hidalgo en sus hombros, es una voz que escucho con mucha admiración y atención.

Siempre me aconsejó en los libros que escribí y recibí conceptos insospechados, sorprendentes. No es tan simple sentarse y expresar sentimientos y ser honestos con la memoria. Siempre se cruza el yo y sus vanidades y el deseo de trascender.

Foto: 180.com.uy

Daniel me enseñó a ser fiel al recuerdo y los sentimientos, algo que es emblématico en su narrativa, llegando a ser cruel y removedora. A escribir con la emoción. A ser genuino y veraz. Pero nunca escribe mis textos. Los repasa y ordena en un sentido poético, armónico y secuencial. Algo de lo que yo carezco. Se debe pensar no solo como narrador sino también como lector, y Daniel es un lector voraz. Sin él, ‘Playa Sola’ estaría todavía en veremos.

¿El libro ya se encuentra a la venta?

El libro ya está en las librerías. Lo editó la Editorial HUM, la misma que edita las últimas obras de Daniel. Martín Fernández, responsable de la editorial, fué también de gran ayuda en acelerar los procesos de corrección, diseño e impresión. Estoy complicado en concretar fecha de presentación por lo particular de diciembre. Es seguro el lanzamiento en el SurfShop Sunvalley, del «Flaco» Bessega en Punta. Sería después del 5 de Enero. Hay tentativas también para La Paloma.

Como para alguien que no escribe, contame un poco sobre tu proceso. ¿Aplicás algún tipo de disciplina? ¿Simplemente te sentás y ponés a escribir? ¿Necesitás algún tipo de entorno especial? ¿Cómo se va tejiendo la interacción entre tus ideas, conocimientos y formas de decir las cosas, con la investigación de respaldos bibliográficos?

 

 

El proceso de transmitir lo abstracto en grafismos, las ideas y sentimientos en símbolos, no es fácil, ya que en el camino se interponen prejuicios, costumbres y creencias a veces antagónicas a lo que se desea expresar.

Soy dueño absoluto de mis ideas y emociones, pero al momento de llevarlas al exterior, se interponen el olvido, el que dirán, mi supuesto prestigio, el miedo al fracaso, la duda de si realmente es valioso y las incapacidades técnicas, gramaticales y de síntesis.

Daniel siempre me dice que el texto más valioso es aquel que queda después que hayas borrado la que crees tu mejor frase. Es como tachar tu soberbia. Soy muy parapatético. Soy consetudinario habitué de la playa, aun en invierno, algo que me legó el surfing. Y mientras camino, troto o nado, trato de entrar en ese estado de abandono de la meditación, cortar el flujo del parloteo social y dejar que el mar diga lo que tenga que decir.

Este diálogo comenzó ya hace 50 años y es muy sanador. Las ideas bajan, no sé muy de dónde, pero sí llegan, y hay que estar atento porque a veces es solo un instante y se puede perderlas.

He perdido cientos de susurros y me recrimino por no haber llevado un grabador. También me inspiran otros pensadores, escritores y a veces, ese humano que juzgo ignorante, expresa lo más sublime. Soy muy respetuoso de lo que dicen los niños y los llamados locos. Escuchar, es una virtud a desarrollar cuando se escribe. Creo que la motivación principal es el significado de lo vivido. Si uno no le encuentra sentido a la vida, no podrá transmitir nada.

Agradezco otra vez a la Editorial HUM por su visión, a Daniel por ordenar lo inordenable, a mi paciente esposa Norma y por siempre, a Sebastián.